La inversión extranjera en América Latina cayó en 2015, pero aumentó de manera sorprendente en Venezuela, una nación en medio de una crisis económica con pocos paralelos en su historia.
También el año pasado se incrementó de manera sustancial la inversión extranjera en Argentina, pese a las disputas de la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner con el capital internacional.
En cambio, en 2015 los flujos de capital extranjero registraron la caída porcentual más pronunciada en Colombia, pese a la promesa de mejor seguridad y los repetidos esfuerzos del gobierno del presidente Juan Manuel Santos por atraer a empresarios del exterior y su dinero.
Estas son algunas de las sorpresas contenidas en el más reciente informe difundido por la Comisión de Naciones Unidas para América Latina y el Caribe (Cepal).
Cada vez menos
El reporte, "La inversión extranjera directa en América Latina y el Caribe, 2016", muestra un panorama en general poco reconfortante acerca de los flujos de capitales foráneos hacia la región.
La inversión cayó en toda la región en un 9% durante 2015.
Llega a US$179.100 millones, el nivel más bajo desde 2010, informó la Cepal.
Lo que no sorprende del todo, dada la caída en los precios internacionales de lasexportaciones mineras, el sector que había representado parte importante de los proyectos de inversión extranjera en la última década.
Tampoco sorprende que, Brasil, la economía más grande de la región, siga siendo la que más volumen de recursos atrae en términos absolutos: US$75.000 millones en 2015, o más del doble que su siguiente competidor, México.
Venezuela sorprende
Pero las sorpresas comienzan al mirar las cifras desde el punto de vista del porcentaje de cambio en los flujos de inversión.
Venezuela experimentó en 2015 un aumento de 153% en la inversión extranjeracomparado al año anterior, el incremento más alto en la región. Esto a pesar de las fuertes restricciones cambiarias que impedían a muchas multinacionales repatriar sus utilidades a la casa matriz.
Y a las dificultades que ya experimentaba en 2015 la economía venezolana, las mismas que tienen a ese país en 2016 a las puertas de la hiperinflación.
No obstante, los expertos de la Cepal advierten que las cifras de inversión para Venezuela en 2015 parecen revelar una anomalía estadística más que una mejoría real de la economía de ese país.
"Hay que ver con qué se estaba comparando. En 2015 tuvo un aumento importante porque el año anterior tuvo niveles extremadamente bajos para lo que es la tendencia histórica de Venezuela", le dice a BBC Mundo Álvaro Calderón, Oficial de Asuntos Económicos de la División de Desarrollo Productivo y Empresarial de la Cepal y uno de los autores del informe.
Calderón indica que en 2014 llegaron cerca de US$320 millones a Venezuela,mientras que en 2015 se registraron más de US$1.300 millones.
"La media histórica del país es bastante mayor que eso".
Por lo que Calderón dice que el aumento en 2015 "es más un accidente aritmético que un cambio de tendencia importante".
Hacia el petróleo
No obstante, el hecho que lleguen más de US$1.000 millones en inversión indican que Venezuela, pese a todos sus problemas, sigue siendo atractiva para algunas fuentes de inversión extranjera.
El experto de Cepal indica que el sector petrolera sigue atrayendo recursos, más para mantener operaciones existentes que para iniciar nuevos proyectos.
"Venezuela es un país complicado para atraer inversión en sectores distintos al petrolero", advierte.
El otro país que también experimentó un aumento porcentual fue Argentina, que en 2015 tuvo 130% más inversión extranjera que el año inmediatamente anterior.
Pero la Cepal atribuye esto a otro accidente contable: la nacionalización de la petrolera YPF, ocurrida en 2012, fue contabilizada en 2014, lo que habría deprimido las cifras en ese año y ayuda a explicar su recuperación en el año siguiente, le dice Calderón a BBC Mundo.
De otra manera, asegura el experto, las cifras de 2015 para Argentina habrían sido similares a las de 2014,sin mostrar aumentos sustanciales.
Al amparo de Estados Unidos
La Cepal ve indicios más sólidos de crecimiento en México y Centroamérica.
El Salvador presentó aumentos de 38% en el año.
Mientras que México, otro de los gigantes económicos de la región, vio los flujos de capital extranjero aumentarse en 18%.
Un fenómeno que los expertos explican a medida que firmas de Estados Unidos y otros países instalan fábricas en su territorio para exportar autos y otras manufacturas.
Colombia cae
Mientras muchos países de la región han ensayado en la última década políticas económicas más nacionalistas, Colombia siguió adherido a una estrategia de cortejar la inversión extranjera.
No obstante, fue la nación que experimentó una caída más fuerte de la inversión en términos porcentuales en 2015, año en que se vio reducida en 26%.
Nuevamente, sin embargo, los investigadores de Cepal no ven como una tendencia tan negativa para Colombia sino más como un caso puntual en 2015.
"En el caso de Colombia, ha seguido con fuerte dinamismo de atracción de inversiones. Esta en niveles bastante altos en relación a lo que han sido sus niveles históricos. Desde 2011 en adelante ha estado alrededor de US$15 millones. Este año bajó un poco, pero sigue en niveles muy altos", dice Calderón.
"Aquí no hay un efecto de castigo de los inversionistas a Colombia. Son circunstancias un poco del ciclo de inversión. Yo sería muy optimista frente a los ingresos de inversión de Colombia en 2016 y años siguientes".
También experimentó una caída Brasil, del 23% en términos porcentuales y de US$21.820 millones en términos absolutos.
Brasil experimenta una fuerte recesión así como una crisis política.
Futuro
¿Y hacia el futuro? En muchos países de la región hay gobiernos de corte más derechista reemplazando a dirigentes de izquierda.
Calderón piensa que en casos como el argentino, con la llegada al poder delpresidente de centro-derecha Mauricio Macri, existe la posibilidad de que las nuevas medidas levantando ciertas restricciones, ayude a aumentar la inversión extranjera.
Pero el experto no anticipa un impacto directo en el corto plazo para la inversión hacia la región en su conjunto, a pesar de la tendencia más conservadora de muchos de sus nuevos gobernantes.