El virus respiratorio sincicial (VRS) es motivo de miles de hospitalizaciones año a año entre niños.
Su aparición se da principalmente entre mayo y septiembre, pero su peak usualmente se registra entre julio y agosto.
El VRS es una de las primeras causas de infección respiratoria aguda baja y su población más suceptible son los menores de un año de vida, principalmente los lactantes de menos de seis meses; además de adultos mayores o personas inmunocomprometidas.
La pediatra broncopulmonar de la Clínica Las Condes, María Angélica Palomino, sostuvo que "cuando el virus se enfrenta por primera vez con el niño, antes del año de edad, produce una infección severa que destruye la pequeña vía aérea, provocando un cuadro obstructivo con dificultad respiratoria".
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"En general, los menores de seis meses hacen los cuadros más graves, lo cual es especialmente relevante en niños prematuros (con o sin displasia broncopulmonar o enfermedad pulmonar crónica), cardiópatas o con otra enfermedad de base", agregó.
Se trata de un virus muy contagioso, por lo que puede sobrevivir hasta seis horas en superficies. El contagio se produce de persona a persona, a través del contacto físico y las particulas que se esparcen al toser, hablar o estornudar.
Por lo anterior, un aspecto que figura clave para prevenir los contagios es el lavado de manos frecuente y la desinfección de objetos que podrían estar contaminados, como juguentes u elementos que utilizan frecuentemente los recién nacidos.
¿Cuáles son los síntomas?
Existen tres tipos de síntomas relacionados con el virus sincicial, los cuales son leves, moderados y severos.
Entre los síntomas leves están la congestión nasal, estornudo, tos seca, subfebril (fiebre menor a 38°C). Y, en este caso, se recomienda observar al evolución y aparición de signos y síntomas de alerta, realizar aseo nasal con solución fisiológica y una alimentación fragmentada, aumentando la ingesta de líquidos.
Los síntomas moderados asociados son tos que dificulta la alimentación, decaimiento, falta de apetito, como rechazo al pecho o mamadera, silbidos al respirar y fiebre mayor a 38°C, por lo cual se recomienda consultar al centro de salud más cercano dentro del mismo día.
Y entre los síntomas severos figuran la respiración rápida, respiración hundiendo el torax e inflando el abdomen, pausas respiratorias o apnea, quejidos al respirar, cianosis, palidez o parecer muy enfermo, fiebre mayor a 38,5°C e irritabilidad. Se recomienda consultar de forma inmediata en servicios de urgencia.
Cabe destacar que hay factores de riesgo a considerar ante posibles infecciones. En esa línea, figuran los bebés prematuros con menos de 32 semanas de edad gestacional; personas que padecen enfermedades al corazón; enfermedades respiratorioas crónicas, como displasia broncopulmonar; defectos inmunológicos; tabaquismo pasivo; y lactancia materna corta, es decir menos de tres meses, entre otras.