Un hecho verdaderamente insólito se produjo en el estero de Quilque, ubicado en la región del Biobío. El caudal que atraviesa la ciudad de Los Ángeles se convirtió en un basural luego de ser cubierto por una enorme cantidad de residuos plásticos.
El hecho ha generado repudio en las organizaciones y trabajadores de los alrededores del lugar, que buscan el cuidado del medio ambiente.
Mónica Ehrenfeld, presidenta del Consejo Ciudadano para Sustentabilidad del Biobío, señaló que el fenómeno "es un mal paso de los ciudadanos de Los Ángeles. Estamos agrediendo un cuerpo de agua transformándolo en un basurero fluvial. Y eso no puede ser; no puede ser que nosotros tomemos una bebida, por ejemplo, y la botamos en este lugar que nos entrega tantos recursos”.
“Esto tiene que ver con un ecosistema. Nosotros debemos cuidar y sensibilizar a la gente paraque no tenga desidia al respecto (...) Esto es resultado de una mala conducta ciudadana”, agregó.
Durante las próximas jornadas se denunciará el acontecimiento ante la Policía de Investigaciones (PDI) con tal de investigar la procedencia de los residuos.