Un tercio de los funcionarios del Estado reconoce haber ingresado por "pituto"
Un alto nivel de compromiso y satisfacción con el trabajo, pero una baja percepción de meritocracia en la contratación en el Estado arrojó la Primera Encuesta Nacional de Funcionarios Públicos (2019), proyecto liderado por el Servicio Civil, en conjunto con investigadores de University College London de Reino Unido y el Centro de Sistemas Públicos de la Universidad de Chile.
El estudio reveló que cerca de un tercio de los trabajadores admite que ingresó al Estado por "pituto", es decir, gracias a contactos familiares, políticos o de amistad.
La encuesta, aplicada entre los meses de julio y agosto del año 2019, recogió por primera vez las opiniones de 21.443 funcionarios públicos de 65 instituciones del Estado respecto de su carrera funcionaria y el empleo público en general. En concreto consideró preguntas sobre la motivación, satisfacción y compromiso laboral, además de las prácticas de gestión de personas.
En concreto, un 36% de los encuestados manifestó que la ayuda de familiares, amigos u otros contactos personales tuvo alguna importancia para conseguir su primer trabajo en el sector público; un 31% considera que la ayuda de un político o alguien con vínculos políticos serán importantes para el desarrollo futuro de su carrera profesional; y un 5% estaría dispuesto a usar su cargo para apoyar a familiares o amigos que necesiten ayuda.
Al respecto, el investigador de la University College London, Christian Schuster, indicó que "una tercera parte de los funcionarios recién reclutados indica haber ingresado en el Estado con apoyo de conexiones personales. Esta práctica está asociada con menor motivación laboral, lo que subraya la importancia de la aplicación universal de procesos meritocráticos de reclutamiento y selección en Estado".
Por su parte, el director del Servicio Civil, Alejandro Weber, explicó que "si bien en los últimos años ha habido una mejora sostenida en las prácticas meritocráticas de reclutamiento y selección en el Estado impulsadas por el Servicio Civil y la Alta Dirección Pública, aún existen brechas que cubrir especialmente en los niveles técnicos y profesionales".
Y agregó: "Tenemos el enorme desafío de entregar igualdad de oportunidades en el acceso al empleo público a todos los ciudadanos, reduciendo los espacios de opacidad y generando reglas e instituciones, tales como la Alta Dirección Pública, para que prime el mérito y la vocación por sobre los pitutos".
Motivación y desarrollo de capacidades en el Estado
Entre los resultados positivos del estudio está el nivel de compromiso y motivación de los funcionarios públicos: un 91% de ellos se siente orgulloso de su trabajo y un 86% dice sentir que su trabajo tiene un efecto positivo en la vida de los chilenos, lo que se encuentra por sobre el promedio de los países de la región.
En materias vinculadas a la formación de los funcionarios públicos, un 43% de los encuestados declara contar con las capacitaciones necesarias para realizar bien su trabajo. Asimismo, un 40% de los encuestados considera que en su servicio tiene oportunidades para desarrollar su carrera.
"En el Estado nos hemos ido quedando atrás en múltiples materias que limitan la agilidad de los servicios públicos para adaptarse a las necesidades de la sociedad. De ahí la importancia de la Agenda de Modernización del Estado anunciada por el Presidente Piñera en julio del 2019, que pone en el centro de la reforma del Estado el mérito y el desarrollo de las personas para entregar mejores servicios a la ciudadanía”, manifestó el director del Servicio Civil.
Y agregó: "Si queremos mejorar la calidad del Estado, tenemos que definir nuevas reglas del juego en el empleo público, donde primen la meritocracia y los incentivos correctos para entregar mejores servicios a la ciudadanía".
Javier Fuenzalida, investigador del Centro de Sistemas Públicos de la Universidad de Chile, sostuvo que "la aplicación de esta encuesta y su establecimiento como una política de largo plazo constituye una excelente noticia para la modernización del Estado de Chile. Se trata de emular políticas sistemáticas de países desarrollados como Canadá, Estados Unidos, Reino Unido y Australia, que cuentan con instancias regulares para medir actitudes y comportamientos laborales de sus funcionarios, así como otras prácticas de gestión de personas".