Registran por primera vez a delfín liso en el Estrecho de Magallanes
Un inédito descubrimiento hizo en marzo de 2018 el biólogo marino del Centro de Investigación Dinámica de Ecosistemas Marinos de Altas Latitudes (Ideal) de la Universidad Austral de Chile, Marco Pinto-Torres, cuando se encontraba navegando por el Estrecho de Magallanes y presenció el avistamiento de delfines lisos en la zona.
Según detalló Ideal a El Mercurio, el hecho ocurrió cuando el científico estaba realizando una colecta de fitoplancton (microalgas) en la embarcación que trasladaba al equipo, y se percató que uno a uno de sus pares salían a la cubierta por algo que les llamaba la atención en las gélidas aguas del extremo sur de Chile.
Los investigadores navegaban camino a las Islas Carlos III (Parque Marino Francisco Coloane), una zona de alta importancia para la alimentación de mamíferos marinos y conocida internacionalmente por el avistamiento de ballenas jorobadas en la época estival, cuando hallaron cinco individuos de delfín liso, que hasta la fecha no había sido registrado en las aguas del Estrecho de Magallanes.
Pensando en que se trataba de una orca, Pinto se asomó de inmediato a la cubierta del barco, pero la presunta ballena asesina no tenía aleta en su espalda. "Eso me llamó enseguida la atención porque yo sabía que hay solo dos delfines que no tienen aleta dorsal".
Uno no podía ser, porque solo vive en el hemisferio norte. La otra opción era el raro delfín liso (Lissodelphis peroni), propio de aguas oceánicas. "Me acerqué, vi que era negro con blanco y enseguida fui a buscar la cámara para fotografiarlo".
De esa manera, registró todos los saltos y actividades que desarrollaron los cinco delfines que lograron observar durante 45 minutos.
Resultó ser el primer registro fotográfico del escurridizo cetáceo en aguas de Chile continental. Solo ha sido visto en 12 ocasiones desde 1980, las dos últimas frente a Valparaíso y Aysén, en 1999 y 2000, respectivamente. Y siempre mar afuera.
Pinto estima que su presencia podría deberse a los cambios globales que han provocado variaciones en la temperatura y salinidad del agua, las que han favorecido el crecimiento de microalgas que sirven de alimento a peces, moluscos y crustáceos de aguas profundas.