El pasado 22 de agosto tres jóvenes, Luciano, Maximiliano y Mauricio Guzmán Cuevas, fueron detenidos por contratar a un sicario colombiano para matar a su propio padre, Mauricio 'Cucho' Guzmán, quien recibió un disparo en su cabeza en pleno centro de Concepción, región del Biobío.
El hecho ocurrió el 19 de julio de este año. En esa oportunidad, el hombre, un comerciante conocido en la ciudad penquista, descendió de su vehículo y fue abordado por un desconocido.
El individuo, identificado como Brayan Monsalve Giraldo, extrajo un arma de fuego y, tras intercambiar palabras con la víctima, le disparó en la cabeza. El hombre, de 51 años, fue auxiliado y trasladado hasta el Hospital de Concepción, donde se mantiene actualmente.
Los hijos del comerciantes fueron formalizados por el delito de parricidio frustrado en el Juzgado de Garantía de Concepción. Por su parte, el hombre de nacionalidad colombiana fue formalizado por el delito de homicidio calificado en grado de frustrado.
Narcotraficantes habrían matado a compradores de bandas rivales: Qué se sabe del intenso y "quirúrgico" operativo en La Pintana
La declaración del sicario de Concepción
En medio de toda la investigación y la confusa información que se tuvo en un primer momento, finalmente se detuvo y se formalizó a los involucrados. El principal, Brayan Monsalve Giraldo, el sicario colombiano que debía llevar a cabo lo solicitado por los hijos de la víctima.
La declaración ante la fiscalía de Monsalve —que hoy publica BBCL Investiga— fue clave para detener a Luciano, Maximiliano y Mauricio Guzmán Cuevas. En su relato ante el ente persecutor, el sicario contó cómo se gestó todo el plan.
Con Maximiliano Guzmán Cuevas se conocieron en julio de 2023 en Alpha Club, una discotheque ubicada cerca del Barrio Estación. "Ese día sólo hablamos de trabajo, pero como sabían que yo era de Colombia, me ofreció mover droga. Yo le moví harta droga, marihuana, hasta que me tomaron detenido en Coronel. Ahí ya dejé de trabajarle, me separé de ellos", declaró Brayan.
Sin embargo, un año después fue Luciano quien lo llamó por teléfono. En la conversación, uno de los tres hijos del emrpesario le ofreció un "trabajito bueno". Lo único que le pidió era que se vieran en persona porque no era algo que se pudiese hablar por teléfono. Fue así como al día siguiente se reunierin para conversar cara a cara.
"Nano, quiero que mates a mi papá", le dijo Maximiliano sin mayores vueltas dentro del auto, donde además estaban Luciano y su pareja denominada La Mona.
Avaluado en 250 millones: roban dos camiones cargados con cobre en Casablanca
"Yo le dije ¡¿En serio quieres que mate a tu papá?! Me dice sí, quiero que mates a mi papá, no confío en nadie más, solo puedo confiar en usted", relató Monsalve en su declaración ante la fiscalía. Sin pensarlo mucho, preguntó cuánto le pagarían y aceptó, ya que estaba pronto a convertirse en padre.
"Quedamos en que me iban a pasar la pistola, un celular para hablar de esto solamente y luego botarlo, y (parte de la) plata", agregó en su relato.
En relación al pago, este se iba a dividir en dos. La primera mitad antes de la ejecución (1.5 millones de pesos) y lo restante, una vez muerto.
"Ellos me dicen que lo querían matar por temas de plata, y porque el mismo señor Don Mauricio, el padre, había mandado a Maximiliano a cana por unos problemas, que lo había demandado y se había ido a cana los días previos", comentó el colombiano.
Por lo mismo, los hijos de la víctima decidieron esperar un tiempo para que no hubiesen sospechas. Pero la insistencia de Brayan se hacía cada vez mayor, ya que necesitaba hacer el trabajo porque su hija estaba por nacer. Con el plan armado, decidió sumar a un amigo para simular un robo, de esta manera dicha persona robaría el auto y él, como sicario, le dispararía en la cabeza a Mauricio.
Los primeros días de julio Luciano le entregó una pistola Taurus. Luego, le enviaron fotos de la camioneta y cara de su padre. También le pagaron $390 mil pesos. Brayan alegó que eran $500 mil, pero los hermanos retrucaron que irían saldando la deuda de a poco.
Fiscalía Oriente por dichos de Juan Pablo Hermosilla: "Rechazamos cualquier tipo de amedrentamiento"
"Lo único que me pidieron es que lo hiciera bien, que no disparara varias veces. Que lo hiciera bien", declaró Monsalve y añadió: "Esa noche del día jueves me acosté en la casa con mi pareja, puse la alarma a las 3:00 AM y al sonar la alarma me levanté y le dije que iba a ir a trabajar, a hacerle un mandado a mi primo".
Para llegar al punto donde debía cometer el ilícito en Concepción llamó un Uber, porque su amigo, el que tenía ejecutar el robo no dejó sólo porque tuvo que viajar. "Recorrí un par de calles y veo llegar la camioneta del 'Cucho'. Cruzo calle Carrera y mientras él se estacionaba yo paso por atrás de la camioneta, mientras llevaba la pistola en mi mano izquierda. La pistola que me había pasado Luciano, pues soy zurdo y le apunto con ella en la cabeza al Cucho", expresó el colombiano.
"Le disparé la primera vez, la bala no salió. Le apreté la segunda vez el gatillo y la bala tampoco salió. La volví a cargar y apuntarle en la cabeza, y en eso el Cucho me dice "no lo haga, qué está haciendo, no lo haga, mijo", continuó Brayan en su declaración.
"Yo le dije no me mire, no se me acerque. Echó una sonrisa y yo le disparé ya la tercera vez, y ahora sí salió la bala y le pegué en la cabeza y me fui corriendo", dijo y añadió: "Yo pensé que Cucho estaba muerto pues se cae al suelo y ahí mismo blanqueó los ojos".
Una vez llevado a cabo el plan, Brayan se fue a su casa a dormir, pero al despertar las cosas se habían puesto color de hormiga. Cuando pidió la mitad del dinero restante, a cambio se enteró que el Cucho, al que él daba por muerto, estaba vivo e internado en el Hospital Regional de Concepción.
“No es una cárcel de lujo”: Así es Capitán Yáber, el recinto donde Hermosilla cumple prisión preventiva
"Al cuarto día, luego de yo haberle insistido tanto por la plata a Luciano, llega en el mismo auto plomo de la otra vez con Mauricio y me pasan $500.000 en efectivo. Y me piden la pistola", contó.
Los días posteriores recibió transferencias a la cuenta Rut de su polola por montos pequeños. $20 mil o $50 mil pesos. Un par de veces le entregaron unos billetes en efectivo.
"Nunca me pagaron todo. Me decían que no podían trabajar con la marihuana, que la yuta estaba encima y que como su padre no estaba muerto solo me iban a dar la mitad", declaró.
Cabe mencionar que el fiscal Matías Arellano, del equipo de Crimen Organizado y Homicidios (ECOH), quien lidera la investigación, reveló que en un intercambio de imágenes se aprecia todo lo que Brayan confesó.
El colombiano, en su declaración, admitió que quiso confesar todo el plan a la policía, luego de que los hermanos Guzmán Cuevas no le pagaran.