Un escalofriante caso se dio a conocer en nuestro país luego de que una mujer de la tercera edad reconociera haber asesinado a uno de sus hijos en mitad del desierto hace 11 años.
Según consignó el medio La Estrella de Antofagasta, la mujer, de iniciales E. S., había sido ayudada por otro hijo, J. M. que además se desempeña como doctor.
La víctima, que padecía de un daño cerebral severo a causa de una meningitis que contrajo cuando era un lactante, estaba a poco de cumplir 50 años cuando se llevó a cabo el homicidio.
El hombre fue asesinado por un disparo en la cabeza realizado por su hermano en pleno desierto en la ruta que lleva a Minera Escondida, en Antofagasta.
Según el medio, los autores del crimen habían decidido ponerle fin al vida de la víctima para mejorar la calidad de vida de la madre, debido a que esta tenía que realizar cuidados totales que la tenían en mal estado físico y anímico.
En el momento de los hechos, la mujer ya había enviudado y tenía 76 años. Después de esto, ambos autores del crimen se comprometieron en un pacto de silencio donde decidieron guardar el secreto y decir que la desaparición de la víctima del hogar familiar se debía a que lo estaban cuidando en otra parte.
El pacto de silencio se mantuvo por diez años, hasta que la mujer confesó al menor de sus tres hijos la verdad. Poco después, ella misma decidió entregarse a la justicia.
Ahora, tras su formalización el tribunal dispuso para ambos arraigo nacional y arresto domiciliario total por los delitos de parricidio y autoría de homicidio calificado.
