Fue en el año 2007 que Óscar Eduardo Galindo Saravia ingresó a Carabineros, donde llego al grado de cabo primero. Una trayectoria que se vio truncada este miércoles luego que recibiera un disparo en la cabeza durante un operativo en La Pinta, a raíz de un ajuste de cuentas entre dos bandas.
Oriundo de Cañete, Galindo desempeñaba funciones en la 41 comisaría de La Pintana. Antes de eso, había trabajado en la 43 de Peñalolén, donde conoció a Priscilla Lavanderos, también funcionaria de Carabineros, y quien se convirtió en su esposa y madre de dos de sus hijos, los que se suman a un tercero producto de una anterior relación.
Además de desempeñar funciones en La Pintana y Peñalolén, el nuevo mártir de Carabineros había trabajado en la tenencia San Luis de esta última comuna y la 20 Comisaría de Puente Alto.
Galindo -quien era el único Carabinero de su familia y que ahora se transforma en el mártir número 1.208 de la institución- es recordado por sus pares como un funcionario noble y de profesionalismo destacado. "Siempre con una tremenda sonrisa ayudando a sus compañeros y dispuesto a entregar lo mejor de si en cada uno de sus servicios", afirman.
El gobierno anunció una querella para sancionar a los responsables, de quienes hasta ahora no se tiene novedades respecto de su paradero.
"Vamos a trabajar con fuerza para esclarecer la ubicación y determinar quien fue el autor de lo ocurrido y no vamos a descansar hasta que esto se aclare", afirmó, por su parte, el general director de Carabineros, Hermes Soto.
Como parte del duelo, Carabineros actualizó su foto de perfil en redes sociales. Una cinta de color negro es la señal de luto por la partida del cabo Galindo.