Este jueves estrenó en Netflix la serie sobre el caso de Ramón Castillo, más conocido como Antares de la Luz, el líder de la secta de Colliguay, que en el año 2012, asesinó a un bebé de 48 días de vida.
El líder de la secta dejó embarazada a una de sus discípulas llamada Natalia Guerra. Tras el nacimiento del menor, Antares convenció al grupo de sacrificar a su hijo, ya que según sus palabras se trataba del “anticristo”.
En el año 2012, se especulaba sobre el supuesto “fin del mundo”, por la fecha marcada en el calendario maya -21 de diciembre-. Uno de los rituales propuestos por el líder de la secta, involucraba el sacrificio del bebé, al que llamaron Jesús.
Asimismo, según las investigaciones, en la secta proliferaba el consumo de drogas y la violencia en distintos castigos a sus miembros.
Antares de la Luz: Cómo y por qué la secta de Colliguay decidió matar al hijo recién nacido de Ramón Castillo
Así cayó Antares de la Luz
Antares de la Luz ordenó a sus discípulos cavar un hoyo, donde quemaron al menor que tan solo tenía 48 horas de vida.
Tras el hecho, algunos de los miembros de la secta se cuestionaron a sí mismos por ser cómplices de homicidio y al no cumplirse sus teorías del fin del mundo, comenzaron a desconfiar del líder.
El fiscal Patricio Rosas junto al grupo antisecta de la Policía de Investigaciones comenzaron una investigación por un supuesto tráfico de drogas en el 2013 en la secta de Colliguay.
Sin embargo, Rosas indicó a Reportajes T13 en 2023 que “a partir de las diligencias de investigación surge la confesión espontánea de uno de los miembros que hace referencia al atentado contra la vida del menor”.
Por su parte, Antares de la Luz se encontraba en Perú, supuestamente buscando ayahuasca, el alucinógeno que usaban en los rituales. Al enterarse de las investigaciones de la policía, el líder solicitó a sus discípulos que desviaran la atención.
El 1 de mayo del 2013, el cuerpo sin vida de Ramón Castillo, fue encontrado colgado de una viga, en una casa abandonada en Cusco, Perú.
Antares de la Luz, se habría escondido de la policía en pequeños pueblos de Perú y durante sus últimos días, solo se habría alimentado de hojas de marihuana. Además, se había afeitado su característica barba.