Talibanes cierran escuelas y mandan a la casa a niñas y jóvenes que querían reanudar sus estudios
El Ministerio de Educación no dio ninguna explicación clara, pese a que, en la capital, las autoridades habían organizado incluso una ceremonia con motivo del inicio del nuevo curso.
"En Afganistán, sobre todo en las aldeas, las mentalidades no están preparadas", declaró a la prensa el portavoz del ministerio de Educación, Aziz Ahmad Rayan. "Tenemos algunas restricciones culturales [... pero los principales portavoces del Emirato islámico ofrecerán aclaraciones mejores", añadió. Según una fuente talibán entrevistada por la AFP, la decisión se habría tomado después de una reunión de altos mandatarios celebrada el martes por la noche en Kandahar (sur), cuna del movimiento islamista fundamentalista que gobierna de facto el país.
Un equipo de la AFP estaba en el colegio Zarghona de Kabul, uno de los mayores centros de enseñanza de la capital, cuando un profesor entró y ordenó a todas volver a casa. Alicaídas, las estudiantes recogieron sus cosas entre lágrimas y marcharon.
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"Veo a mis estudiantes llorar y reacias a dejar la clase", dijo Palwasha, una profesora en el colegio de mujeres Omra Khan de Kabul. "Es muy doloroso ver a tus estudiantes llorar", añadió.
La Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, declaró en un comunicado que "comparte la profunda frustración y decepción de las alumnas de secundaria y de las estudiantes afganas". Bachelet consideró como algo "profundamente perjudicial" para Afganistán la "incapacidad de las autoridades de facto de respetar su compromiso".
La activista paquistaní Malala Yousafzai, galardonada con el premio Nobel de la Paz y que milita desde hace mucho tiempo por la educación de las mujeres, también expresó su indignación.
Los talibanes "seguirán encontrando excusas para impedir que las chicas aprendan, porque tienen miedo de las chicas educadas y de las mujeres autónomas", declaró Yousafzai, quien sobrevivió a un intento de asesinato de los talibanes paquistaníes cuando tenía 15 años.
Cuando los talibanes tomaron el poder en agosto, las escuelas estaban cerradas por la pandemia del covid-19, pero solo los chicos y las chicas de educación primaria pudieron retomar las clases dos meses después.
La comunidad internacional hizo del acceso de las mujeres a la escolarización un punto fundamental en las negociaciones sobre la ayuda y el reconocimiento del régimen islamista, que en su anterior mandato (1996-2001) había prohibido la educación a las mujeres.
Para Andrew Watkins, especialista en Afganistán en el Instituto estadounidense por la Paz, este giro refleja una ruptura dentro de la dirección talibana. "Este cambio de último minuto parece estar motivado por diferencias ideológicas dentro del movimiento [...] sobre cómo percibirán sus simpatizantes el hecho de que las chicas vuelvan a la escuela", declaró a la AFP.
Talibanes "necesitan garantizar" separación de sexos, dicen
Los talibanes habían asegurado que necesitaban tiempo para garantizar que las chicas de entre 12 y 19 años de edad estuvieran bien separadas de los chicos y que los centros funcionaran según los principios islamistas.
"No abrimos las escuelas para complacer a la comunidad internacional ni para ganarnos el reconocimiento del mundo", aseguró a AFP Aziz Ahmad Rayan, portavoz del Ministerio de Educación. "Lo hacemos en el marco de nuestra responsabilidad de aportar educación y estructuras educativas a nuestras alumnas", añadió.
También había familias que desconfiaban de los talibanes y recelaban de dejar salir a sus hijas, o que no veían sentido a la educación de las mujeres ante un desolador futuro laboral.
En siete meses de gobierno, los talibanes han impuesto numerosas restricciones a las mujeres, que se han visto excluidas de empleos públicos, controladas en su forma de vestir o impedidas de viajar solas fuera de su ciudad.
El régimen fundamentalista también detuvo a varias activistas que se habían manifestado por los derechos de las mujeres. "Las chicas que han terminado sus estudios se han quedado en casa y su futuro es incierto", lamentó Heela Haya, que ha decidido dejar la escuela. "¿Cuál será nuestro futuro?", se preguntó la joven.
Debido a la pobreza o al conflicto que ha asolado el país, los estudiantes afganos han perdido grandes periodos del año escolar. Algunos continúan su escolarización hasta los veinte años. El país también enfrenta una escasez de profesores, dado que muchos se fueron en el éxodo de decenas de miles de afganos tras la toma del poder de los talibanes.