El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, ordenó hoy un cese al fuego definitivo con la guerrilla de las FARC a partir del próximo lunes 29 de agosto, lo que cierra un conflicto armado de más de medio siglo en el país.
"Quiero informar a los colombianos que como jefe de Estado y como comandante en jefe de nuestras Fuerzas Armadas he ordenado el cese el fuego definitivo" con las FARC, que se hará efectivo a las cero horas del próximo lunes. "Se termina así el conflicto armado con las FARC", dijo Santos.
Entrega del acuerdo al Congreso
Además, el presidente de Colombia entregó hoy al Congreso Nacional el texto definitivo del acuerdo de paz con las FARC como paso previo para la convocatoria del plebiscito del 2 de octubre, en el que los ciudadanos decidirán si lo aprueban o no. Acompañado por una multitud de niños, políticos y funcionarios del Gobierno que portaban banderas de Colombia, dibujos de la paloma de la paz y gritaban vivas al mandatario, Santos salió de la Casa de Nariño, sede del Gobierno, y atravesó la Plaza de Armas, que comunica directamente con el Capitolio.
Como "un hecho histórico que cambiará la faz de Colombia para bien" definió Santos el acuerdo antes de entregarlo, amarrado con una cinta con la bandera nacional, al presidente del Congreso, Mauricio Lizcano. En un discurso en la escalinata de acceso al Capitolio, Santos recordó que los equipos negociadores del Gobierno y las FARC anunciaron ayer que habían llegado a un acuerdo tras cinco años y medio de negociaciones, al inicio de manera secreta y los últimos 45 meses en una mesa pública de diálogo en La Habana. "Ayer mismo, sancioné y promulgué la ley del plebiscito que aprobó el Congreso de la República que fue a la Corte Constitucional. Allá la examinaron, la analizaron y le dieron su exequibilidad", declaró.
"Obligación moral"
Santos subrayó que esa ley establece claramente que debe informar al Congreso de la República "la fecha para realizar el plebiscito por la paz". Por ello, le entregó a Lizcano no solo el acuerdo, sino también carta de autorización para la convocatoria de la consulta el 2 de octubre. "Soy consciente de que no tenía esa obligación legal (de convocar el plebiscito), pero sí la obligación moral, porque soy un demócrata y creo que el pueblo debe tener la ultima palabra", destacó.
En este sentido, dijo que está "entregando al pueblo la última palabra sobre la paz de Colombia", por lo que será el pueblo el que hable el 2 de octubre y diga: "sí, quiero la paz". Asimismo, aseveró que "la paz siempre es mejor que la guerra" y dijo que el nuevo período le va a "quitar el miedo" con que han crecido los colombianos tras 52 años de conflicto armado. Con esa paz, se "va a permitir a los desplazados regresar a sus zonas y tener una vida digna", comentó sobre los casi siete millones de colombianos que han tenido que abandonar sus hogares debido al conflicto armado.
El jefe de Estado también aseguró que se abrirán oportunidades para Colombia que el país nunca ha visto ni tenido. "Ahí están todas las razones y por eso aquí vengo cumpliendo con la ley para hacer entrega de estos textos y esta carta", apostilló. En su trayecto hacia el capitolio, Santos estuvo acompañado por alrededor de 200 personas entre ellos mujeres, jóvenes, artistas, indígenas y afrocolombianos que representan a algunos de los colectivos más afectados por el conflicto. Además, estuvieron junto a él ciudadanos representantes de diferentes regiones del país y de organizaciones por la paz, miembros del Consejo Nacional del Paz y rectores universitarios que fueron testigos de la entrega. En el camino desde la Casa de Nariño hasta el Capitolio, le hicieron un pasillo, le aplaudieron y saludaron con palomas de la paz y eslóganes pidiendo el "sí" en el plebiscito. Algunos de ellos gritaron "viva la paz" y le dieron las gracias a Santos por haber llegado a un acuerdo.