AFP
"Recordando nuestro continuo apoyo al diálogo y la negociación, reiteramos nuestra preocupación por la difícil situación política, económica, social y humanitaria que se vive en Venezuela", se lee en el texto de la declaración conjunta firmada por veinte países de la organización.
Leído por la representante de Canadá, Jennifer May, durante una sesión extraordinaria del Consejo Permanente de la OEA en Washington pedido por 18 países para debatir la crisis venezolana, el documento llama a esa organización a seguir examinando opciones "para apoyar el funcionamiento de la democracia" en Venezuela e "identificar soluciones diplomáticas" concretas a sus problemas.
La escueta declaración de tres párrafos fue respaldada por los 14 países, entre ellos Estados Unidos, Argentina, México y Brasil, que la semana pasada urgieron a Venezuela a liberar sus "presos políticos" y a fijar un calendario de elecciones, que incluya los comicios regionales suspendidos indefinidamente el año pasado.
Pero no quedó claro cuáles nuevos países se sumaron a la iniciativa.
Venezuela, con el enérgico respaldo de Nicaragua y Bolivia, protestó el debate y luego su canciller Delcy Rodríguez lo declaró "inexistente".
La representación de Caracas desató la polémica al lanzar ataques contra los principales países detrás de la declaración, en un tono que condenaron varios embajadores y provocó la salida de la sala de la representante de Perú, Ana Rosa Valdivieso.
"Venezuela necesita un grupo de la OEA como México necesita el muro", ironizó el representante de Caracas, Samuel Moncada, que también lanzó dardos contra Colombia, Brasil y Estados Unidos.
Pero el gobierno del presidente Nicolás Maduro no pudo impedir que se incluyera la discusión en la agenda del Consejo Permanente, aprobada con el voto de 20 de los 34 miembros activos de la OEA. Entre éstos estaba Barbados y Bahamas, señal del menguante apoyo de Caracas en el Caribe que hace unos años lograba bloquear una discusión semejante en la organización.
El embajador mexicano, Luis Alfonso de Alba, dijo a periodistas tras la sesión que la declaración señala "una preocupación mayoritaria genuina para que los Estados miembros juguemos un papel más activo" en la situación venezolana.
De Alba anunció un Consejo Permanente en los "próximos días" para discutir un proyecto de resolución que incluya el establecimiento de un mecanismo diplomático formal para buscar salidas a la crisis política y económica que vive Venezuela.
Pero varios países enfatizaron que no buscan la suspensión de Venezuela de la OEA a diferencia de las posturas más urgentes del secretario general, Luis Almagro, quien lanzó un ultimátum a Caracas "si no retoma un camino democrático dentro de un mes".
Países "enmascarados"
Sin un mecanismo diplomático preestablecido, se asomó la posibilidad de constituir un "grupo de amigos" o concretar reuniones periódicas para comprobar avances de gestiones con Venezuela.
"Como miembros de esta organización no podemos continuar siendo indiferentes", dijo el representante de Costa Rica, Rogelio Sotela.
Pero Venezuela denunció un intento por esconder detrás de esas iniciativas un propósito intervencionista.
"Hay un grupo de países, que enmascarados en su preocupación entre comillas por Venezuela, lo único que pretenden es la intervención", dijo Rodríguez, advirtiendo que "no está activada ninguna carta democrática contra" su país.
La canciller reiteró, como dijo el lunes en su intervención ante ese foro, que de "proseguir este acoso" Venezuela "en su oportunidad tomará acciones severas y definitivas", sin dar detalles.
Pero en Caracas, el presidente Nicolás Maduro fue más allá y llamó a debate incluso la "permanencia" de su país en la OEA.
La reunión en la organización continental ocurrió el mismo día en que el máximo tribunal venezolano habilitara al Ejecutivo a buscar el enjuiciamiento de la mayoría opositora en el Parlamento luego de un fallo judicial que dejó a los diputados sin inmunidad.
El presidente de la Comisión de Exteriores de ese parlamento, Luis Florido, que viajó a Washington, celebró la sesión como "un paso adelante".
"Queda muy mal Nicolás Maduro en el concierto de naciones. Hoy fueron 20 países, muy probable que en el próximo Consejo Permanente sean más", apuntó.
El debate en la OEA sobre Venezuela se intensificó desde junio de 2016, cuando Almagro presentó ante el Consejo Permanente un primer informe muy crítico al gobierno venezolano.
Florido, que se reunió con Almagro, dijo que los países de la OEA deben presionar a Venezuela a cumplir con los puntos acordados en las tentativas de diálogo político patrocinadas por El Vaticano: convocatoria de elecciones, liberación de "presos políticos", respeto al Parlamento y ayuda humanitaria.