Las negociaciones para una tregua entre Israel y Hamás en Gaza se reanudan en Egipto
Las negociaciones se reanudan este domingo en Egipto sobre una posible tregua entre Israel y Hamás durante el ramadán en Gaza, donde persisten los bombardeos israelíes y la población palestina está al borde de la hambruna.
Delegaciones del movimiento islamista, de Catar y Estados Unidos están en la capital egipcia para iniciar "una nueva ronda de negociaciones". Los enviados de Hamás tienen que pronunciarse sobre la propuesta esbozada en París a finales de enero, indicó una fuente cercana al grupo palestino.
Esta propuesta de los países mediadores --Catar, Estados Unidos y Egipto-- se basa en una pausa de seis semanas en los combates y la liberación de 42 rehenes a cambio de presos palestinos en Israel.
El objetivo es alcanzar una tregua antes del inicio del mes de ayuno musulmán, que empezará el 10 o el 11 de marzo.
"Los israelíes aceptaron en principio los elementos del acuerdo", aseguró el sábado un alto funcionario estadounidense, aunque Israel no lo ha confirmado.
Podría firmarse un acuerdo "en 24 o 48 horas" si Israel "acepta las demandas de Hamás, que incluyen el regreso de los palestinos desplazados al norte de Gaza y el aumento de la ayuda humanitaria", dijo el domingo un alto dirigente del movimiento islamista a la AFP.
Una hambruna "casi inevitable" en Gaza
En el terreno, se produjeron bombardeos nocturnos en las ciudades de Jan Yunis y Rafah, en el sur de la Franja de Gaza, según un corresponsal de la AFP.
El gobierno de Hamás, en el poder en el enclave desde 2007, indicó que hubo disparos de artillería contra Jabaliya, Beit Hanun, Zeitun y Tal Al Hawa, en el norte.
En casi cinco meses de guerra, las operaciones militares en represalia al ataque sin precedentes de Hamás en Israel el 7 de octubre han dejado 30.410 muertos en la Franja, en su mayoría civiles, según el último balance del ministerio de Salud del territorio.
En las últimas 24 horas, han muerto 90 personas, 14 de ellas miembros de una misma familia en un bombardeo en Rafah.
En el ataque de los comandos de Hamás en suelo israelí murieron unas 1.160 personas, sobre todo civiles, según un recuento de la AFP a partir de datos israelíes. Los islamistas secuestraron a unas 250 personas, de las que 130 siguen retenidas en Gaza, según las autoridades israelíes.
El conflicto también ha provocado una catástrofe humanitaria y la hambruna es "casi inevitable" para 2,2 millones de personas, la inmensa mayoría de la población gazatí, según Jens Laerke, portavoz de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA).
El ministerio de Salud de Hamás ha reportado la muerte de 16 niños por "malnutrición y deshidratación" en estos últimos días.
El Consejo de Seguridad de la ONU urgió el sábado la entrega de ayuda humanitaria a "gran escala".
66 "paquetes"
Frente a las dificultades para hacer llegar la ayuda por carretera al enclave, asediado por Israel, Estados Unidos lanzó el sábado desde el aire un primer envío de alimentos, con 66 "paquetes" que contenían 38.000 raciones de comida, en una operación en colaboración con Jordania, según un responsable militar estadounidense.
El suministro de ayuda por vía terrestre, que depende de la autorización de Israel, entra al exiguo territorio con cuentagotas, principalmente por Rafah, desde Egipto.
Los combates, los bombardeos israelíes, los escombros en las carreteras y a veces los saqueos hacen que sea muy peligroso llevar la ayuda hasta el norte de la Franja.
Un reparto de comida en la ciudad de Gaza terminó el jueves en tragedia después de que soldados israelíes abrieran fuego contra una muchedumbre que se abalanzó contra los camiones.
Según Hamás, 118 personas murieron y 760 resultaron heridas.
Israel aseguró que se produjeron "disparos limitados" de los soldados tras sentirse "amenazados" y que la mayoría de las víctimas murieron en una estampida y aplastados por los camiones.
Un equipo de la ONU dijo que constató un "gran número" de heridos por bala en un hospital de la ciudad donde habían sido ingresadas muchas de las víctimas.
La comunidad internacional reclama una investigación independiente sobre los hechos.