¿La tierra de las oportunidades? Cuáles son las ciudades más desiguales de Estados Unidos
Estados Unidos está cambiando aceleradamente y una de las tendencias que más inquietud produce es que esa nación que siempre se ha autodefinido como la tierra de las oportunidades, es cada vez más desigual.
Dentro de ese extenso país, la desigualdad está afectando de manera particular a distintas ciudades.
Mientras en algunas se mantiene todavía hasta cierto punto el ideal de una sociedad sin tantos extremos, con una clase media sólida y abundante, en otras urbes estadounidenses se siente cada vez más la polarización entre pobres y mega-ricos.
Un problema que antes era más asociado con las naciones del llamado Tercer Mundo, pero que hoy es un mal crecientemente universal.
Según datos calculados por la Encuesta de Comunidades del Buró del Censo de Estados Unidos y citados por la agencia Bloomberg, la ciudad más desigual en Estados Unidos es Nueva Orleans.
Como en Zambia
Para medir la desigualdad, el estudio del censo utiliza el llamado Coeficiente de Gini, en donde una comunidad con desigualdad absoluta, (es decir, donde una sola persona es dueña de toda la riqueza) tendría un puntaje de 1,0, mientras que la sociedad más igualitaria tendría un puntaje cercano a cero.
De acuerdo al Censo, Nueva Orleans obtiene un coeficiente de Gini de casi 0,58, ligeramente mejor que el de Haití y similar al nivel de desigualdad de Zambia, según datos del sitio web de la CIA.
Honduras, la nación más desigual de América hispanoparlante, con 0,57 tiene un puntaje mejor que el de Nueva Orleans.
Que Nueva Orleans sea la campeona de la desigualdad en Estados Unidos no sorprendería a muchos dada la compleja historia racial en esa urbe.
En este país, las tensiones de clase muy frecuentemente se han expresado a través de las diferencias raciales.
Todos recuerdan las imágenes de hace una década del desastre del huracán Katrina en esa ciudad, que expresaron la desigualdad racial de una manera especialmente dramática.
En muchos casos, los habitantes blancos de la ciudad pudieron huir del desastre, mientras que cientos de miles de afroestadounidenses tuvieron que quedarse en Nueva Orleans y lidiar con las consecuencias de la tormenta.
Prósperas pero desiguales
El segundo lugar en la lista de desigualdad corresponde a Atlanta, otra ciudad del sur de Estados Unidos con una compleja historia de conflicto racial.
Tras Cincinnati, el cuarto lugar es para Boston, la capital universitaria de la nación y cuna de pujantes industrias de alta tecnología.
Dallas, pujante capital petrolera, precede a la sexta ciudad, Nueva York, el epicentro económico del país.
Y el séptimo lugar es para Miami, una ciudad que busca proyectar al exterior una imagen de playas y diversión.
En muchas de estas ciudades, la desigualdad está asociada con un crecimiento explosivo de los ultra ricos.
Académicos como Richard Florida, experto en urbanismo de la Universidad de Toronto, han venido mostrando cómo una serie de ciudades se han convertido en capitales de la "economía del conocimiento". Atraen a los mejores profesionales en las industrias de mayor crecimiento, como las de alta tecnología.
Boston, con su enorme concentración de universidades de alto prestigio, empezando por Harvard y MIT, es un ejemplo perfecto de estas ciudades "ganadoras".
Mientras que urbes como Nueva York y Miami se han convertido en destino preferido de megamillonarios internacionales.
Son fenómenos que atraen enormes cantidades de dinero hacia estas ciudades, pero han creado problemas inesperados por la desigualdad que generan.
Se han vuelto urbes cada vez mas distantes para la clase media, por el encarecimiento de la vivienda y otros servicios esenciales.
Por lo que, a menos que puedan diseñar alternativas para aminorar esta tendencia, algunos ven en estas ciudades un futuro poco atractivo compuesto por edificios de ricos protegidos por extremas medidas de seguridad, rodeados por barrios de pobres viviendo en condiciones cada vez más precarias.
Precisamente el escenario que deseaban evitar muchos de los grandes potentados que llegaron a estas ciudades huyendo de las tensiones sociales en sus países de origen.
Realidades fragmentadas
Los observadores también subrayan el impacto político y social que tienen estos cambios económicos que apuntan hacia una mayor desigualdad.
Se habla de un país cada vez más dividido, en donde distintos grupos económicos tienen experiencias sociales y culturales cada vez mas apartadas las unas de las otras.
El escritor de tendencia conservadora Charles Murray en su polémico libro "Coming apart" ("Desintegrándose") habla de ese fenómeno y presenta, medio en chiste, medio en serio, un quiz para determinar si uno hacía parte de la cultura de esta elite cada vez más aislada en la sociedad estadounidense.
Y presenta una lista de ciudades en Estados Unidos donde una porción mayor de sus habitantes se circunscribe a esta cultura de elite.
Nuevamente, las grandes "capitales de la economía del conocimiento" como Nueva York y San Francisco aparecen prominentemente dentro de las zonas en las que sus habitantes tenían una cultura cada vez más distinta a la del resto "pobre" del país.
Las consecuencias de esta fragmentación económica y cultural del país son evidentes en la cada vez más radicalizada escena política.
En un país donde la gente habita en mundos tan distintos, es más complejo evitar que el discurso político sea cada vez más incendiario, alimentado por la desconfianza, la rabia o simplemente el desconocimiento de cómo es la vida de muchos de sus compatriotas.