Kurdos iraquíes controlan ciudad estratégica de Sinyar
Las fuerzas kurdas iraquíes, los peshmerga, se hicieron con el control del centro de la estratégica ciudad de Sinyar, dijo hoy a la agencia Dpa un comandante kurdo. Según la fuente, los peshmerga avanzaron hacia Sinyar desde cuatro direcciones. En el centro de la ciudad se encontraban atrincherados tan sólo unos cuantos atacantes suicidas del grupo terrorista Estado Islámico (EI), dijo a dpa el dirigente.
Los peshmerga habrían abortado, en las últimas 24 horas, 16 ataques del EI con coches bomba durante su ofensiva sobre la población, que intentan arrebatar a los extremistas, dijo hoy a Efe una fuente kurda. El responsable de seguridad en el partido Unión Patriótica del Kurdistán, Gayaz al Saurayi, señaló que el EI intentó obstaculizar el avance de las fuerzas kurdas con coches bombas conducidos por suicidas. El responsable kurdo explicó, además, que mataron a dos yihadistas que llevaban cinturones explosivos, antes de que los detonasen. Al Saurayi confirmó que al menos trece combatientes kurdos sufrieron heridas desde el comienzo de esa operación, en la que murieron decenas de yihadistas, según la misma fuente.
Por otra parte, una fuerza especial kurda, formada por 400 combatientes, recuperó dos edificios donde se encontraban atrincherados los yihadistas, dijo a Efe el comandante del VIII regimiento de las fuerzas kurdas, Luqman Kuli. La televisión kurda mostró imágenes en las que se ve cómo los peshmerga izan la banderda kurda en edificios de Sinyar, que fue capturada por Estado Islámico (EI) en agosto del año pasado.
La operación “Liberación de Sinyar” comenzó ayer con la participación de 7.500 combatientes peshmergas y milicianos yazidíes y bajo el mando directo del presidente de la región autónoma del Kurdistán, Masud Barzani. La ofensiva contó con el apoyo de ataques aéreos de la coalición internacional y el jueves ya lograron cortar una importante ruta de abastecimiento del Estado Islámico que iba de Irak a Siria.
La captura de Sinyar por parte del EI hace más de un año provocó la huida de decenas de miles de personas, la mayor parte de ellas miembros de la minoría religiosa yazidí.