El miércoles pasado una niña hispana de dos años quedó encerrada, sola y a oscuras dentro de una guardería de Plantation, Florida, Estados Unidos.
Los hechos ocurrieron alrededor de las seis de la tarde cuando su madre, Stephanie Martínez, se dirigió a recoger a su hija Ana, quien estaba al cuido llamado Kinder Care Learning Centers.
Cuando llegó no encontró autos en el estacionamiento. Las luces estaban apagadas y nadie le abría la puerta, según contó entre lágrimas a los medios locales.
“Llegué aquí, como a las 6:10 porque luego tengo que recoger a mi otro hijo. Llegué y todo estaba apagado", explicó la mujer, quien llamó entonces a su amiga Samantha Scaramellino, su contacto de emergencia en la comunidad escolar, para ver si ella sabía por qué no había luz en el lugar y no le abrían.
La amiga simplemente contestó: "¡Llama a la policía!".
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Martínez golpeó la puerta y ventanas para ver si alguien respondía y lo que ocurrió luego fue peor. “Mi hija consiguió empujar una silla hasta la puerta y empezó a llamarme", dijo, agregando que "Esa es la única razón por la cual fui capaz de verla. Se subió a la silla y dijo: ¡Mami!”.
La madre llamo inmediatamente al 911 y bomberos acudieron a su ayuda para logar liberar a la menor. “Ella está traumatizada”, lamentó Stephanie y agrego que, “anoche no pude apagarle las luces porque empezaba a llorar”.
A raíz del caso, se realizó una notificación al Departamento de Niños y Familias de Florida, para determinar eventuales medidas inmediatas para evitar que se repita un episodio como el sufrido por Ana.