El papa pide en Nochebuena caridad y hospitalidad con los migrantes
AFP
El papa Francisco pidió este domingo a los 1,3 millones de católicos del planeta que no ignoren el drama de los migrantes, a menudo "expulsados de su tierra" por dirigentes dispuestos a hacer derramar "sangre inocente", durante su homilía de Nochebuena, en un llamado a la "caridad" y la "hospitalidad".
El argentino Jorge Bergoglio, hijo de migrantes italianos, hizo de la suerte de los refugiados uno de los temas fundamentales de su pontificado, que comenzó hace casi cinco años.
El papa pidió que "nadie tenga que sentir que en esta tierra no tiene lugar" durante la tradicional Misa del Gallo.
Francisco, quien llamó recientemente al "respeto del statu quo" en Jerusalén, pronunciará el lunes su quinto mensaje de Navidad "Urbi et Orbi" (A la ciudad y el mundo).
La decisión el 6 de diciembre del presidente estadounidense Donald Trump de reconocer Jerusalén como capital de Israel desató manifestaciones y enfrentamientos en varios países y también en la propia Belén, en Cisjordania ocupada, donde los fieles asisten este domingo a medianoche a la Misa del Gallo en la iglesia de la Natividad.
En la plaza del pesebre de Belén el ambiente parecía sombrío, a pesar de los cánticos de Navidad emitidos por altavoces.
Algunos cientos de palestinos y turistas extranjeros desafiaron el frío viento cerca de la iglesia de la Natividad, erigida en el lugar en el que según la tradición nació Jesús, para ver un desfile de scouts.
Desde que empezaron a aumentar las tensiones por la decisión de Estados Unidos, "la gente sale poco", dijo Nahil Banura, un palestino cristiano originario de Beit Sahur. "Es triste".
Más dispositivos policiales
El arzobispo Pierbattista Pizzaballa, uno de los más altos dignatarios católicos de Medio Oriente, dijo que "decenas" de grupos habían anulado sus visitas previstas por el miedo a disturbios.
Los cerca de 50.000 palestinos cristianos representan casi un 2% de la población de Cisjordania y Jerusalén Este, mayoritariamente musulmana.
Israel ocupó Jerusalén en 1967 y después la anexionó, aunque la comunidad internacional ha evitado reconocer a Jerusalén como su capital, y considera que su estatuto debe ser negociado.
Los palestinos consideran Jerusalén Este la capital del Estado al cual aspiran y el anuncio de Trump fue interpretado por ellos como un rechazo al derecho a tener una capital en esta zona.
En un comunicado previo a la Navidad, el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abas, dijo que el anuncio de Trump "alentó una desconexión ilegal entre las ciudades santas de Belén y Jerusalén".
Abas llamó a "los cristianos del mundo a que escuchen las voces verdaderas de los cristianos nativos de la Tierra Santa (...) que rechazan con fuerza el reconocimiento estadounidense de Jerusalén como capital de Israel".
El presidente turco, Recep Tayyip Ergogan, dijo por su parte que había hablado con el papa sobre Jerusalén. "No es un tema que afecte solo a los musulmanes, sino también a los cristianos y a toda la humanidad", afirmó en una rueda de prensa en Jartum este domingo.
Ataque a una iglesia
En Egipto, los coptos, que celebran la Navidad el 6 de enero, sufrieron el sábado el ataque contra una iglesia cuando una multitud entró en el templo ubicado en Atfih, a unos 100 km al sur de El Cairo, destruyó lo que había en su interior y después agredió a los cristianos presentes.
La minoría cristiana de Egipto, un 10% de los 100 millones de habitantes de este país de mayoría musulmana, ha sufrido cerca de 20 incidentes de este tipo durante 2017.
En Irak, este año marca un cambio para mejor para la comunidad cristiana en la ciudad de Mosul. Allí, los cristianos celebraron una misa por primera vez en años, después de que la ciudad fuera liberada del control del grupo yihadista Estado Islámico (EI) en julio pasado.
En Siria, en otro exfeudo del EI, Raqa, reconquistado en octubre por una coalición de kurdos y árabes, habrá aún que esperar para recuperar el espíritu navideño: aunque dos históricas iglesias cristianas han sido desminadas, los habitantes aún no han vuelto a ellas.
En Damasco, las calles de los barrios de mayoría cristiana, como Bab Tuma, se decoraron con pequeños árboles de Navidad adornados con purpurina de colores.
En Europa, donde la amenaza de grupos yihadistas sigue presente, cerca de 100.000 efectivos de seguridad serán movilizados el domingo y el lunes en Francia, para garantizar la seguridad de las fiestas navideñas y la de los lugares turísticos y los espacios de culto, dijo una fuente oficial.