Corea del Sur decidió responder a las continuas pruebas de su vecino del norte con el ensayo de un ataque contra Pyongyang.
El ejercicio incluyó el lanzamiento de misiles de corta distancia, movimiento de tropas y la participación de aviones cazas F15K y fue calificado como exitoso por el ejército.
El alcance de los blancos fue la distancia del sitio de ensayos nucleares norcoreano Punggye-ri en el noreste del país.
"Las maniobras demuestran que tenemos la capacidad no solamente de destruir el origen de las provocaciones, sino también el liderazgo enemigo y las fuerzas que le apoyan si amenazan la seguridad de nuestra gente", sostuvo el coronel Roh Jae-cheon, citado por la agencia oficial Yonhap.
Además, Seúl aprobó que Estados Unidos terminara la instalación de su sistema antimisiles THAAD.
Las decisiones de Seúl surgen luego que el fin de semana el régimen de Kim Jong-un anunciara que el domingo detonó una bomba de hidrógeno, un nuevo avance en su carrera armamentista y, a la vez, una provocación más en la tensa relación que tiene con Corea del Sur y Estados Unidos.
De acuerdo a Seúl, Corea del Norte prepara la prueba de otro misil intercontinental en el corto plazo.