El chileno Nicolás Zepeda admitió, en medio de una nueva audiencia del segundo juicio en su contra, que mintió ante la justicia francesa cuando se realizó el primer proceso que buscaba esclarecer la desaparición de su ex novia, Narumi Kurosaki.
Kurosaki con Zepeda dieron término a su relación entre septiembre y octubre de 2016, al poco tiempo la joven llegó a Francia, específicamente a la ciudad de Besanzón a estudiar, donde conoció a quien fuera su actual pareja: Arthur del Piccolo.
En diciembre de ese año Zepeda viaja a la misma ciudad y se estaciona en cercanías de la residencia donde vivía Kurosaki. Al ser consultado del por qué elige ese lugar, el chileno declaró que era el único disponible. También señaló que veía series en su teléfono y no quiso quedarse en un hotel para ahorrar dinero.
La mentira de Zepeda
Durante el primer juicio en su contra, Zepeda aseguró que su viaje a Francia se debía a temas académicos. En ese contexto, Kurosaki lo encontró en el estacionamiento de la residencia y se acercó a hablarle.
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Sin embargo, según señala FranceInfo, Zepeda admitió por primera vez que viajó a Francia para ver a Narumi e intentar retomar la relación. Consultado por qué mintió durante el primer juicio, el chileno señaló que “me daba un poco de vergüenza querer volver a intentarlo (...) tenía miedo que alguien inventara en mi contra una historia que no era cierta”.
“A veces mentí, me arrepiento”, agregó Zepeda.
Las compras de Zepeda: combustible y más
Durante las audiencias del primer juicio se estableció que el chileno compró un bidón de cinco litros de combustible y una caja de fósforos además de productos de limpieza.
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Al ser consultado por los abogados del caso sobre dichas compras, Zepeda señaló que decidió tener combustible de repuesto en caso de tener un imprevisto, mientras que los fósforos los compró porque le gustó la caja.
Con respecto a los productos de limpieza señaló que los usó para limpiar el tapiz de uno de los asientos del auto que arrendó porque lo manchó con comida y no quería ser multado entregando el auto sucio. Sin embargo, la persona que arrendó el mismo auto contó que estaba lleno de barro y ramas.
Otra de las pruebas presentadas en el tribunal fue la geolocalización del celular de la estudiante, el que se activó en los mismos lugares en los que estuvo Zepeda tras la desaparición de Kurosaki: España y Chile.