Bombardeo contra una base militar del oeste de Ucrania, cerca de Polonia
Rusia bombardeó este domingo una base militar del oeste de Ucrania, cercana a la frontera polaca, causando la muerte de 35 personas, mientras sigue estrechándose el cerco de las fuerzas rusas en torno a Kiev.
La base militar atacada está situada en Yavoriv, a unos 40 kilómetros al noroeste de Leópolis, destino de miles desplazados internos, ya unos 20 kilómetros de la frontera con Polonia, país miembro de la OTAN.
En los últimos años, esas instalaciones acogieron ejercicios de entrenamiento del ejército ucraniano con instructores extranjeros, sobre todo de Canadá y de Estados Unidos.
"Rusia atacó el Centro internacional para el Mantenimiento de la Paz y la Seguridad. Instructores extranjeros trabajan allí", indicó el ministro ucraniano de Defensa, Oleksii Reznikov.
Aumentan a 35 los muertos por ataque ruso a base militar afuera de Leópolis en Ucrania
"Se trata de un nuevo ataque terrorista contra la paz y la seguridad cerca de la frontera UE-OTAN. Hay que actuar para detener esto. ¡Cierren el cielo!", añadió, reiterando los llamados del gobierno ucraniano para que se cree una zona de exclusión sobre Ucrania, algo que la OTAN se niega a hacer por temor a que el conflicto se extienda.
Los bombardeos causaron 35 muertos y 134 heridos, según un nuevo balance del gobernador de la región, Maxim Kozitsky. Previamente, las autoridades habían dado cuenta de nueve muertos y 57 heridos.
"Los bombardeos aéreos fueron llevados a cabo desde los mares Negro y de Azov. En total, los invasores tiraron más de 30 misiles. El sistema de defensa aérea ucraniana funcionó. Hemos derribado algunos misiles en el aire", afirmó.
En esa región, el sábado se registraron bombardeos contra un aeropuerto militar en Lutsk, donde murieron cuatro soldados ucranianos. El domingo, el alcalde de Ivano-Frankivsk, a unos 100 km al sur de Leópolis, afirmó que el aeropuerto había sido atacado el domingo por la mañana.
Por su parte, el papa Francisco lanzó un sentido llamamiento para quese ponga fin a la "masacre" y al "inaceptable ataque armado" en Ucrania.
"Apuntan contra la población"
El ejército ruso continúa atacando el sur del país, donde la ciudad asediada de Mariúpol espera la llegada de un convoy de ayuda humanitaria.
Esa caravana, procedente de Zaporiyia, estuvo más de cinco horas bloqueada en un punto de control ruso el sábado.
Mariúpol, una ciudad portuaria estratégica, está sumida en una situación "casi desesperada", según Médicos Sin Fronteras (MSF), por la falta de víveres y de agua, gas, electricidad y comunicaciones.
Turquía pidió ayuda a Rusia para evacuar a sus ciudadanos atrapados en la ciudad, indicó el domingo el ministro turco de Relaciones Exteriores, Mevlut Cavusoglu.
Se ha intentado en vano evacuar a miles de civiles en varias ocasiones. "Mariúpol sigue rodeada, lo que [los rusos] no pueden tener por la guerra lo quieren tener por el hambre y la desesperación. Como no pueden derrotar al ejército ucraniano, apuntan contra la población", analizó una fuente militar francesa.
El gobierno ruso reconoce que "en algunas ciudades" la situación "ha alcanzado proporciones catastróficas", según el general Mijail Mizintsev, citado el sábado por las agencias de prensa rusa. Pero el oficial atribuyó la tragedia a los "nacionalistas" ucranianos, acusándolos de sembrar minas en zonas residenciales, de destruir infraestructuras y de retener a la población civil.
Capital rodeada
También en el sur, Odesa sigue preparándose para una ofensiva de las tropas rusas, que de momento están concentradas en Mikolaiv, a unos 100 km al este. Nueve personas murieron en los bombardeos rusos contra esa ciudad costera, indicó el domingo el gobernador de la región, Vitali Kim. El sábado, los bombardeos alcanzaron un centro oncológico y una clínica oftalmológica, constató una periodista de la AFP.
Las víctimas jalonan las calles de algunas urbes y los balances son imposibles de verificar. "Unos 1.300" militares ucranianos murieron desde el 24 de febrero, dijo el sábado el presidente Volodimir Zelenski, en el primer recuento oficial aportado desde que empezó la invasión.
El ejército ruso perdió "unos 12.000 hombres", afirmó el jefe de Estado.
Rusia, por su parte, anunció el 2 de marzo su único balance hasta la fecha, de 498 soldados muertos.
En cuanto a los civiles, 579 habrían sido abatidos, según Naciones Unidas, quien advierte no obstante que la cifra real probablemente sea mucho mayor. Más de 2,7 millones de personas han huido de Ucrania desde que estalló la guerra, a las que se suman unos dos millones de desplazados internos, según cifras del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR).
En las últimas 24 horas, cerca de 100.000 personas huyeron de los combates, indicó la ONU este domingo.
Presentes en la periferia de Kiev, las tropas rusas intentan neutralizar las localidades vecinas para "bloquear" la capital, según el Estado Mayor ucraniano. Sus suburbios del noroeste (Irpin, Bucha) han sido fuertemente bombardeados en los últimos días.
Este domingo, en Irpin, las fuerzas ucranianas evacuaban en camilla los cuerpos de tres soldados. A falta de puente, que fue demolido, los militares cruzaban un río pasando por unos tablones.
En tanto, varios ancianos, algunos llorando, eran evacuados en minibús rumbo a la capital, observó un periodista de la AFP.
Según los soldados ucranianos entrevistados por la AFP en Irpin, Bucha ya está en manos de los soldados rusos.
Sin embargo, tanto al oeste como al este de la capital, la resistencia ucraniana es feroz, observaron periodistas de la AFP.
"Enfoque diferente"
En el plano diplomático, el presidente ruso Vladimir Putin sigue manifestando su determinación y el sábado denunció que las fuerzas ucranianas cometieron "violaciones flagrantes" del derecho humanitario.
Sin embargo, el presidente Zelenski destacó que Rusia adoptó un "enfoque fundamentalmente diferente" en las negociaciones para poner fin al conflicto.
El mandatario ucraniano subrayó que Moscú ya no se limita a "dar ultimátums" y recibió con optimismo las declaraciones de Putin, admitiendo que hubo "pasos positivos" en las últimas negociaciones bilaterales.
El jueves, Turquía acogió las primeras negociaciones entre los ministros de Asuntos Exteriores ruso y ucraniano desde el inicio de la invasión. El Kremlin dijo que las conversaciones entre las delegaciones de ambos bandos continuarán por viodeoconferencia.
Estados Unidos y sus aliados occidentales presionan económicamente a Moscú, pero quieren evitar una confrontación directa entre la OTAN y Rusia.
El sábado, Washington aprobó otros 200 millones de dólares en armas y ayuda para Ucrania. Rusia advirtió que podría atacar los convoyes occidentales con ayuda militar a Ucrania, convertidos en "objetivos legítimos".