Tiroteo en Buffalo: lo que se sabe del sospechoso y las víctimas del ataque en un supermercado
El joven sospechoso de matar a tiros a 10 personas en un supermercado en Buffalo, Nueva York, buscó deliberadamente un sitio con una alta población negra, dicen las autoridades.
El ataque está siendo investigado como un acto de extremismo violento por motivos raciales.
El sospechoso, Payton Gendron, de 18 años, condujo más de 320 kilómetros para llevar a cabo el ataque, indicó la policía.
El alcalde de Buffalo, Byron Brown, declaró que el sospechoso llegó con la intención de acabar con "la mayor cantidad de vidas negras posible".
Tiroteo en Buffalo: Autor hizo reconocimiento del lugar y mayoría de víctimas son afroamericanas
Gendron había amenazado previamente con un tiroteo en su escuela secundaria en junio pasado, le dijo un funcionario a la prensa.
Esta información ha abierto interrogantes sobre cómo Payton Gendron pudo llevar a cabo el ataque cuando ya estaba en el radar de las autoridades.
También se conoce un documento de 180 páginas, aparentemente escrito por Gendron, en el que se describe a sí mismo como un fascista y un supremacista blanco.
"Quiero saber qué sabía la gente y cuándo lo supo", le dijo a ABC News la gobernadora de Nueva York, Kathy Hochul.
Mientras tanto, la fiscal general de Nueva York, Letitia James, explicó que su oficina se centrará en el material extremista encontrado online.
"Este evento fue cometido por un individuo enfermo y demente que fue alimentado [con una] dieta diaria de odio", dijo.
El tiroteo ha sorprendido a la comunidad local. Uno de los asistentes a una vigilia el domingo dijo "simplemente duele, por qué alguien haría eso", informó Reuters.
Qué se sabe de las víctimas
De las 13 personas baleadas, la policía dijo que 11 eran negras. Entre las víctimas fatales se encuentran un hombre que compraba cupcakes para el cumpleaños de su hijo y una mujer que había ido de compras después de visitar a su esposo en un hogar de ancianos.
"Literalmente buscó un código postal que tuviera la mayor concentración de afroestadounidenses", afirmó el reverendo Darius Pridgen desde el púlpito en la iglesia baptista True Bethel en Buffalo.
Algunas de las víctimas son Andre Mackniel, quien compraba cupcakes para el cumpleaños de su hijo; Roberta Drury, de 32 años, quien iba a hacer compra; Aaron Salter, un policía retirado que trabajaba como guardia de seguridad del supermercado; o Hayward Patterson, 65 años, quien prestaba servicio de transporte hasta el supermercado por un precio más asequible, según informó The New York Times.
Tres víctimas más son mujeres de la tercera edad: Pearl Young, de 77 años; Ruth Whitfield de 88 años, defensora de derechos civiles y de educación, y Celestine Chaney de 65, que se encontraba haciendo compras con su hermana, quien logró esconderse durante el tiroteo.
Un patrón demasiado familiar
Por Mike Wendling, BBC
Christchurch (Nueva Zelanda), El Paso, Pittsburgh y ahora Buffalo (Estados Unidos): todos ellos lugares donde los agresores por motivos raciales, radicalizados en línea, llevaron su ideología a extremos mortales.
El atacante en Buffalo, como los anteriores, transmitió en vivo su alboroto violento y dejó un llamado "manifiesto" en línea. Detalla sus creencias extremistas y está repleto de estadísticas seleccionadas, teorías de conspiración y memes de Internet.
El archivo contiene montones de contenido racista y antisemita junto con admisiones directas de que el autor es un fascista y un supremacista blanco.
Si se puede creer al autor, ya que el documento también contiene claramente desinformación e intentos patéticos de engañar a los reporteros para que informen historias falsas, se radicalizó al principio de la pandemia de covid-19, en sitios web extremistas y foros de mensajes como 4chan.
Al igual que después de los tiroteos en las mezquitas de 2019 en Christchurch (Nueva Zelanda), las grandes empresas de redes sociales tendrán dificultades para eliminar las imágenes del ataque.
Y seguramente se reavivará el debate estadounidense sobre el control de armas, aunque sea brevemente.
Pero el problema subyacente parece tan intratable como siempre: una red mundial de jóvenes extremistas violentos, algunos de los cuales están motivados para lanzar ataques mortales contra personas inocentes.