La característica más importante del Hwasong-15, el nuevo misil balístico probado por Corea del Norte en la madrugada del miércoles, es sin duda su alcance.
Según Pyongyang, en la prueba el cohete alcanzó una altitud de 4.475 km, lo que significa que de ser lanzado con una trayectoria estándar podría alcanzar los 13.000 km.
Eso significaría que "es más que capaz de cubrir la distancia hasta el territorio continental de Estados Unidos", le confirmó a la BBC Vipin Narang, profesor del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), en Estados Unidos.
Y aunque hay dudas acerca de si lo podría hacer cargado con una ojiva nuclear (seguramente más pesada que la empleada en la prueba), los progresos de Pyongyang -en ese y otros aspectos- son innegables.
De hecho, la prueba fue además inusual porque se produjo cuando en la región todavía no salía el sol.
Un dato que, como explica el profesor de ciencias políticas del MIT, también tiene importancia.
Protegidos por la noche
Efectivamente, un lanzamiento nocturno "pone a prueba las capacidades de tu unidad para disparar un misil al amparo de la oscuridad, y en eso hay un componente de preparación y ocultamiento", dice Narang.
"Si te preocupa que EE.UU. pueda atacar tus misiles, eso te da una leve ventaja. Esconder y mover cosas es la oscuridad es un poquito más fácil", destaca el experto.
Esa capacidad haría a los misiles un poco menos vulnerables a posibles ataques preventivos por parte de EE.UU.
Pero, además, interceptar misiles de noche también es más difícil.
"En la noche hay ciertas fases del vuelo de una ojiva que, al no estar iluminadas por el sol, son más difíciles de detectar", explica el profesor del MIT.
Y aunque eso no significa que es imposible interceptar un misil lanzado al amparo de la oscuridad, la cubierta de la noche mejora marginalmente la capacidad de un cohete para evadir los sistemas de defensa.
¿Prueba de pájaro Juche?
Por lo demás, las dudas sobre la capacidad norcoreana para miniaturizar una ojiva nuclear persisten.
Y el país también tiene que demostrar que cuenta con la tecnología necesaria para permitir su reingreso a la atmósfera sin destruirse.
Narang, sin embargo, destaca que Corea del Norte ha respondido a cada duda con la determinación de probar que sus críticos se equivocan.
"Lo que me preocupa es que estemos retando a Kim Jong-un a que realice lo que se conoce como una prueba de pájaro Juche", dice.
Ese es el nombre empleado para referirse a una posible detonación atmosférica por parte de Corea del Norte, una prueba bastante peligrosa.
Y es que "aquellos que todavía creen que una guerra preventiva es una opción, tienen que argumentar que Corea del Norte todavía no tiene la capacidad para atacar a EE.UU. con un arma nuclear", explica el profesor del MIT.