Siesta nórdica: Bebes que duermen a temperaturas bajo cero
Una práctica inusual que genera asombro ha cobrado protagonismo en redes sociales, especialmente en TikTok, tras la publicación de un video grabado por el usuario español Ismael Sepúlveda que se ha hecho viral, en el que muestra lo que se conoce como "siesta nórdica"
En el video, Sepúlveda muestra sorprendido a un bebé dormido en su carrito, expuesto a temperaturas cercanas a 1°C, mientras permanece solo en la calle. A pesar de la sorpresa que causa en muchos, esta escena forma parte de una tradición profundamente arraigada en los países del norte de Europa, conocida como la “siesta nórdica”
¿En qué consiste la siesta nórdica?
La “siesta nórdica” es una práctica común en países como Noruega, Finlandia, Suecia y Dinamarca, donde los padres dejan a sus bebés dormir al aire libre en sus cochecitos, incluso en invierno. Los padres sostienen que los niños duermen más profundamente y mejor cuando están expuestos al aire fresco.
Pese a que puede parecer extraño para muchas culturas, las madres y padres nórdicos consideran que este hábito tiene múltiples beneficios. Los bebés, siempre están protegidos con ropa térmica y resguardados de las inclemencias del tiempo y sus padres aseguran que se benefician de una siesta más prolongada y reparadora.
Aunque el origen de esta práctica no está totalmente claro, se cree que la “siesta nórdica” nació hace más de 100 años, cuando la epidemia de tuberculosis en Islandia motivó a los padres a dejar a sus hijos al aire libre para evitar la propagación de la enfermedad. Desde entonces, esta tradición ha perdurado de generación en generación, convirtiéndose en un hábito profundamente arraigado en la cultura de la región.
Fue en 1926 que el médico islandés David Thorsteinsson publicó un libro de pedagogía en el que destacaba los beneficios de esta práctica para fortalecer el sistema inmunológico de los bebés. A partir de entonces, esta tradición se consolidó entre los habitantes de Noruega, Finlandia, Dinamarca e Islandia.
La Agencia de Protección del Medio Ambiente de Suecia ha realizado diversos estudios al respecto, pero han llegado a resultados diferentes. En algunos estudios se observaron beneficios de dormir la siesta al aire libre, pues niños preescolares que pasaron más tiempo a la intemperie se ausentaron menos días que los que pasaron la mayor parte del tiempo dentro. Sin embargo, otros estudios no mostraron diferencias significativas.
Choques culturales en torno a la siesta nórdica
A pesar de sus posibles beneficios y de ser algo completamente normal en los países nórdicos, esta práctica ha causado controversia fuera de estos territorios. En Estados Unidos, por ejemplo, un incidente en la década de 1990 en el que una turista danesa dejó a su bebé en el cochecito afuera de un restaurante en Nueva York resultó en la intervención policial. Esto desató un fuerte debate sobre la adecuación de esta práctica en otras culturas.
Los escépticos se preguntan: ¿cómo pueden los padres dejar a sus hijos en la calle sin temor a que alguien los robe o los exponga al frío extremo? Sin embargo, la cultura escandinava se caracteriza por un alto sentido de confianza y bajas tasas de criminalidad, lo que hace que los padres se sientan cómodos dejando a sus bebés fuera de casa mientras ellos disfrutan de un café en el interior de los establecimientos.
Investigaciones sobre esta práctica
Según la investigadora finlandesa Marjo Tourula, la temperatura óptima para dormir al aire libre es de -5°C, aunque en su estudio “The Cultural Meaning of Children Sleeping Outdoors in Finnish Winter” o “El significado cultural de que los niños duerman al aire libre en el invierno finlandés”, algunos padres aseguran que dejan a sus hijos dormir a temperaturas aún más frías convencidos de que sus niños dormirán más profundamente al aire libre.
Además, la autora Linda McGurk, en su libro “No existe tal cosa como el mal tiempo” relaciona esta costumbre con el concepto de friluftsliv, que promueve la conexión con la naturaleza para mejorar el bienestar general de los seres vivos.
La siesta nórdica sigue siendo una tradición fascinante que refleja las diferencias culturales y las prácticas de crianza en distintas partes del mundo. Mientras que en los países nórdicos es una costumbre arraigada que se considera beneficiosa para la salud y el bienestar de los niños, en otras partes del mundo sigue siendo objeto de debate.