El médico forense Michael Bell, de la ciudad de Palm Beach (Florida, EE.UU.) no veía algo así desde la epidemia del VIH/sida entre las décadas de 1980 y 1990.
"En esa época traíamos a todos los que morían de sida para practicarles autopsias. Era una carga similar a la que tenemos ahora", le dijo el pasado julio al medio local WLRN, en referencia a los fallecidos por sobredosis de opioides que no paran de llegar a su laboratorio.
La situación de Bell no es extraordinaria, sino que forma parte de una crisis de salud extendida por todo el territorio de Estados Unidos, el país más rico del mundo.
La esperanza de vida en ese país cayó el año pasado por segunda vez consecutiva, lo que ocurre por primera vez en más de medio siglo.
Según informes, el decrecimiento se debe al empeoramiento de la crisis de adicción a los opioides que asola al territorio norteamericano.
La esperanza de vida en 2016 cayó 0,1 años a 78,6, de acuerdo al Centro Nacional de Estadísticas de Salud (NCHS, por sus siglas en inglés).
Fue la primera reducción consecutiva desde los años 1962 y 1963. El último declive de dos años seguidos antes de eso fue en la década de 1920.
El decrecimiento anterior de este medidor fue en 1993, en el momento álgido de la epidemia del VIH/sida.
Una adicción nacional
Años de excesivas prescripciones de analgésicos opiáceos en Estados Unidos han generado una crisis nacional de adicción, con pacientes que recurren a la heroína y a otras drogas de venta callejera cuando los médicos dejan de recetarles los fármacos.
"El factor clave en todo esto es el aumento en las muertes por sobredosis de drogas", dijo Robert Anderson, el director de las estadística de mortalidad del NCHS, que calificó la caída de dos años consecutivos en la esperanza de vida como "impactante".
En 2016, más de 63.000 personas murieron por sobredosis de drogas, según el Centro de Control y Prevención de Enfermedades de EE.UU. (CDC, por sus siglas en inglés), 21% más que en 2015 y tres veces más que la cifra registrada en 1999.
Las sobredosis relacionadas con el uso de opioides aumentaron en un 28%, con 42.249 fallecidos como resultado, entre las edades de 25 a 54 años.
El pasado mes de octubre, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, declaró la crisis de adicción a estas drogas una emergencia de salud pública, aunque no decretó la emergencia nacional, que hubiese permitido la entrega de dinero federal para combatir la problemática.
Detrás del dramático aumento en sobredosis entre consumidores de heroína están los opioides sintéticos como el fentanilo, que ha inundado el mercado estadounidense y es 50 veces más poderoso que la heroína.
El año pasado, hubo casi 20.000 muertes por sobredosis relacionadas con opiáceos sintéticos, según el CDC, casi 10.000 más que el año anterior.