La breve ventana de libertad de la comunidad gay en los primeros años de la Revolución rusa
En enero de 1921, el marine ruso de la Flota del Báltico Afanasy Shaur organizó una extraordinaria boda gay en Petrogrado.
Los invitados incluían a 95 oficiales del Ejército y la Marina, junto con otros miembros de menor rango, y una mujer vestida con un traje de hombre.
La ciudad nunca había vista nada así.
Shaur no creía que los invitados acudieran si organizaba sólo una fiesta.
Así que apostó, acertadamente, por una boda propiamente dicha, con todas las tradiciones rusas: pan y sal, la bendición de los orgullosos padres y un concierto.
En ese tiempo, la comunidad gay rusa disfrutaba de una breve ventana de tolerancia.
Tras la Revolución de octubre en 1917, los bolcheviques reescribieron las leyes del país. Aprobaron dos nuevos códigos penales, en 1922 y 1926, y un artículo que prohibía la homosexualidad fue retirado de ambos.
Pero la boda en Petrogrado -el actual San Petersburgo- no era lo que parecía.
Afanasy Shaur era de hecho un miembro de la policía secreta, y al final del festejo todos los invitados fueron arrestados.
Se supo que Shaur había arreglado todo el evento como forma para ganarse el favor de sus jefes. Declaró que esos exoficiales eran contrarrevolucionarios que querían destruir el joven Ejército Rojo desde dentro.
Pero, pese a sus esfuerzos, las acusaciones no prosperaron. El caso finalmente fue cerrado, y los "contrarrevolucionarios" salieron de la cárcel sin nada más que un susto.
Lenguaje secreto
Los homosexuales formaban parte de una comunidad clandestina en Rusia mucho antes de la Revolución y se reconocían entre ellos mediante el "secreto lenguaje" de la moda.
En San Petersburgo, muchos vestían corbatas o pañuelos rojos. Otros se maquillaban y usaban una gran cantidad de máscara de pestañas.
Después de la revolución, el "look de estrella de cine mudo", con mucho maquillaje, se volvió más convencional y dejó de ser sólo una moda para los jóvenes homosexuales.
La Revolución y la guerra civil trajeron turbulencias al país y la comunidad gay rusa no pudo igualar las ropas ostentosas y los lujosos accesorios preferidos por los homosexuales a través de Europa.
No prohibida, pero perseguida
Los bolcheviques se vieron influidos indirectamente por Magnus Hirschfeld, un científico alemán que fundó el Instituto de Sexología en Berlín.
Hirschfeld hablaba con frecuencia en público de su convicción de que la homosexualidad no era una enfermedad, sino una manifestación natural de la sexualidad humana.
Pero aunque no había un artículo relacionado con el sexo gay en los códigos penales, la comunidad seguía siendo perseguida. Con frecuencia, los homosexuales recibían palizas, eran chantajeados o despedidos de sus trabajos.
Algunos escribieron sentidas cartas al psiquiatra Vladimir Bekhterev, al que consideraban su última esperanza y le pedían que los ayudara a enfrentar la depresión o incluso a "curar su enfermedad".
Esas cartas y otros documentos mostraron que los miembros de la comunidad gay eran increíblemente valientes: algunos vestían con ropa de mujer y corsés, tenían el cabello largo y a menudo parecían mujeres de verdad.
Los "aristócratas" y la gente "simple"
Curiosamente, aunque la Revolución abolió la división de clases, los homosexuales continuaron divididos en clases sociales. Había dos comunidades gay que muy raramente se mezclaban.
La primera eran los llamados "aristócratas": intelectuales, nobles, funcionarios y oficiales del ejército zarista y de la marina.
La otra comunidad era la "simple" (el nombre, por supuesto, fue inventado por los "aristócratas"). Se consideraban dentro de esta clase los soldados y los trabajadores, personas que no formaban parte de los salones de moda de San Petersburgo antes de la Revolución y que no eran bien recibidas por los "aristócratas" después de 1917.
En los años 20, el teatro travesti alemán, en el que los hombres se vestían de mujer y viceversa, llegó a ser muy popular entre los gays soviéticos.
Les gustaba especialmente Hansi Sturm, la estrella del club nocturno de Berlín El Dorado.
Los "aristócratas" solo muy ocasionalmente invitaban a los hombres atractivos "simples" a sus extravagantes veladas. Pero los artistas que se vestían de mujer no tenían "restricciones de clase".
Ellos se convirtieron en estrellas e imitaban a famosas bailarinas, entre otras, Matilda Kshesinskaya que fue amante del zar Nicolás II.
Sus guardarropas estaban llenos de preciosos vestidos hechos por sastres profesionales. El famoso sastre de Petrogrado Leifert se los alquilaba o los hacía para ellos.
Antes de la revolución, Leifert trabajaba para la corte imperial y también hacía los trajes de los bailarines del Teatro Mariinsky.
Y luego todo terminó
Aunque la homosexualidad era tolerada, la comunidad gay empezó a perder su libertad en los años 30.
En julio de 1933, 175 homosexuales fueron arrestados en lo que fue conocido como el Caso de los Homosexuales de Leningrado.
Aunque los detalles del caso permanecen clasificados, se sabe que los detenidos recibieron sentencias de prisión por cargos como trabajar para la inteligencia británica, "contrarrevolución maliciosa" y "corrupción moral del Ejército Rojo".
Se cree que la "boda" de Shaur en 1921 jugó un papel clave en esto. La policía secreta no había olvidado sus acusaciones de que los "homosexuales estaban corrompiendo el Ejército y la Marina".
Esas mismas afirmaciones se repitieron a principios de la década de los 30, así como en confesiones forzadas obtenidas por la policía secreta.
El Caso de los Homosexuales de Leningrado condujo a la reinclusión del artículo que prohibía la homosexualidad en el nuevo Código Criminal de 1934 y la breve tolerancia a la comunidad gay llegó a su fin.