Movimiento San Isidro, irreverente grupo que presiona al gobierno de Cuba con una huelga de hambre
"Ya no sé ni qué día es hoy. No sé ni cuánto llevo así. Fue el jueves pasado cuando empezamos y desde entonces no como ni pruebo agua".
El rapero cubano Maykel Castillo apenas puede hablar. Dice que se siente cansado, que tiene la boca reseca, que la lengua se le paga al paladar.
"Trato de no pensar en el hambre y en la sed. Fumo mucho, fumo lo más que puedo porque eso me hace olvidarme que tengo los labios secos, que tengo hambre. Estoy aquí acostado, tratando de no gastar energías, a ver cuánto aguanta el cuerpo", le dice a BBC Mundo por teléfono desde La Habana.
Desde hace casi una semana, él, junto a una decena de personas, hacen una huelga de hambre en un apartamento a medio derrumbar en la parte antigua de La Habana.
Según cuentan a BBC Mundo, duermen en el piso, sobre una sábanas o colchonetas improvisadas.
Una cocina eléctrica vieja sirve para hervir el agua o hacer algo de comida para los que no están en huelga y las paredes descascaradas, los cables eléctricos expuestos y una escalera de madera medio podrida dan cuenta del paso de los años sobre un edificio que debió relucir hace un siglo.
Es desde 2018 la sede del Movimiento San Isidro (MSI), que agrupa a jóvenes artistas, periodistas independientes y académicos que se organizaron para oponerse a lo que consideran medidas represivas del gobierno de Cuba.
Han apostado por una estética irreverente y contestataria: generar controversia al mezclar arte y activismo político.
Y en un país con un solo partido político y donde las muestras de disidencia son frecuentemente reprimidas, se han vuelto, según denuncian, objetivo frecuente de la autoridades.
El grupo, que ha realizado controvertidas performances y lo que consideran actos de desobediencia civil (incluido uno en el que el propio Castillo se cosió la boca al ser citado a interrogatorio a una unidad de policía) decidió iniciar esta nueva protesta luego de que uno de sus miembros, el rapero Denis Solís, fuera arrestado y sentenciado por "desacato".
BBC Mundo contactó con el Centro de Prensa Internacional de Cuba (CPI) para conocer la versión de las autoridades cubanas sobre la huelga.
En la respuesta, el CPI indicó que no existe una reacción oficial "al menos no de momento" sobre la "provocación que se intenta montar con el tema" y remitió enlaces con artículos publicados el martes en el portal Cubadebate y el miércoles por el diario estatal Granma.
En la nota de Cubadebate, el medio oficialista reconoce que "existe una huelga de hambre" en "una casa ubicada en La Habana Vieja".
En el texto, califica a los huelguistas de "personas en condiciones socioeconómicas desfavorables" que "no trabajan o poseen antecedentes delictivos" y que "reclaman la liberación de Denis Solís, quien está asociado a grupos terroristas en los Estados Unidos".
En tanto, Granma, órgano oficial del Partido Comunista de Cuba, asegura que se trata de "un nuevo show, instrumentado desde Washington y Miami" y que "forma parte de los planes de subversión contra Cuba".
¿Cuál es el origen de la huelga?
A inicios de noviembre, el rapero cubano Denis Solís, miembro del MSI, trasmitió en vivo a través de Facebook el momento en el que expulsaba de su casa en La Habana a un policía que había ido a revisar su vivienda, aparentemente sin autorización.
Solís, que asegura ser un fiel seguidor de Donald Trump, a quien llama "mi presidente", le dice al policía que no tiene derecho de entrar a su casa, lo ofende y se queja de supuestos abusos de las autoridades cubanas.
El 9 de noviembre, fue arrestado y dos días después, un tribunal habanero lo sentenció a ocho meses de cárcel.
"En dos días le hicieron un juicio y le metieron ocho meses (de prisión). No es la primera vez que esto pasa. A mí también me metieron preso. A Luis (Manuel Otero, creador del MSI) también", insiste el rapero en conversación con BBC Mundo.
"Nos acosan todo el tiempo a nosotros y a nuestras familias... y tenemos que hacer algo para que esto acabe. Alguien tiene que dar la cara y sacrificarse, aunque sea con su vida, para que estos abusos no sigan pasando cuando el delito es pensar diferente", dice Castillo.
Como acto de protesta, Otero, Castillo y otro grupo de personas, entre ellas varias mujeres, se declararon en huelga de hambre.
Algunos se han sumado o salido a lo largo de los días, mientras otra decena de activistas y miembros del grupo se plantaron en la sede del MSI.
Desde la pasada semana, artistas e intelectuales cubanos han firmado varias solicitudes para la liberación de Solís o en apoyo a los huelguistas y también se han reportado manifestaciones en solidaridad en varias ciudades de Europa y Miami.
El caso ha generado repercusión en diferentes medios internacionales, incluido el estadounidense Washington Post, el alemán DW o el español El País, que advirtieron que la protesta podría terminar en una "tragedia".
Mientras, organizaciones como Amnistía Internacional y Human Rights Watch pidieron a las autoridades de Cuba la liberación de Solís y el martes, el secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo, tuiteó también en apoyo al Movimiento San Isidro.
We urge the Cuban regime to cease harassment of San Isidro Movement protestors and to release musician Denis Solís, who was unjustly sentenced to eight months in prison. Freedom of expression is a human right. The United States stands with Cuba’s people.
— Secretary Pompeo (@SecPompeo) November 24, 2020
¿Qué dice el gobierno cubano?
La nota publicada en Cubadebate asocia a Solís y al MSI con "terroristas" de EE.UU. y menciona tres nombresde los que entrega pocos detalles.
"Willy González, Kiki Naranjo y Jorgue (sic) Luis Fernández Figueras han estado dando indicaciones al Movimiento San Isidro desde los Estados Unidos. Los tres se encuentran circulados y pendientes a juicio ante los tribunales de Cuba por delitos anteriormente cometidos en la isla", indica la nota.
Según Cubadebate, "la idea que ellos (los huelguistas) tienen es entretener a sus contratistas generando dinámicas sociales de desobediencia civil e ingobernabilidad, como reflejan los manuales de la CIA en la llamada ´lucha no violenta´".
"Estas actividades realizadas por sujetos que desesperadamente intentan mostrar una imagen pacifista, es el preámbulo de aquellas imágenes que vivimos durante las llamadas guarimbas en Venezuela, donde jóvenes delincuentes, fueron financiados para realizar acciones vandálicas, incendiarias, incluso llegaron a linchar a revolucionarios de ese país que fueron quemados vivos en plena calle con el fin de amedrentar a la población y generar un caos total", dice el artículo.
Miembros del MSI consultados por BBC Mundo aseguran no tener idea de quién son las personas en EE.UU. a las que los asocia el medio oficialista y que escucharon por primera vez sus nombres en la nota de Cubadebate.
Rechazan, además, como "delirantes" las acusaciones de terrorismo o de seguir manuales de la CIA o de incluso conocer qué son las "guarimbas" que menciona la nota.
Granma, por su parte, calificó la huelga como un "espectáculo (...) muy similar al que, en otras oportunidades, han escenificado otros grupos mercenarios o títeres al servicio del gobierno de Estados Unidos".
"El nuevo show, instrumentado desde Washington y Miami, forma parte de los planes de subversión contra Cuba, y tiene antecedentes en otras acciones similares organizadas, ejecutadas y financiadas por ese gobierno en el afán de destruir la Revolución", indica el periódico.
¿Cómo se desarrolla la huelga?
El grupo, que es muy activo en redes sociales, comenzó a publicar desde la pasada semana informaciones y reportes a través de sus cuentas de Facebook y Twitter con el día a día de los huelguistas y desde entonces aseguran que la policía cerró el acceso a la cuadra donde se encuentra la sede del movimiento.
"Solo han dejado pasar a algunos miembros de la familia de las personas en huelga y con dificultad", cuenta a BBC Mundo Anamelys Ramos, una de las voceras del MSI.
"La primera vez detuvieron a la madre de Iliana Hernández (una de las huelguistas) y otra de las veces trataron de impedírselo a otras familias y hasta lastimaron en la pierna a la niña de 5 años de Maykel", agrega.
De acuerdo con el testimonio de Ramos y a videos subidos a las redes sociales, pese a que el acceso a la calle está limitado, el grupo ha recibido varias agresiones de personas desconocidas.
"Una persona trató de sacar a Luis de la casa a golpes, quería arrastrarlo afuera y lo hirió con una botella. Después rompió la puerta con un martillo. También nos echaron un ácido en la cisterna del agua que tomamos y por debajo de la puerta", contó.
Ramos asegura que les han cortado en repetidas ocasiones las líneas de los teléfonos y el acceso a internet de sus celulares y que la policía ha impedido la entrada de comida para los que no están en huelga o que diplomáticos extranjeros y religiosos se acerquen a la vivienda.
"Mientras la situación aquí, principalmente la de Maykel y de Luis, se está agravando. Los demás no están tan mal, pero Maykel y Luis no están nada bien", dice.
¿Qué busca el Movimiento San Isidro?
El grupo, que toma el nombre del barrio de La Habana donde tiene su sede, fue creado en 2018 por Otero Alcántara luego de que el gobierno aprobara el controvertido Decreto 349, que regula la expresión artística en la isla.
Varios artistas, intelectuales, periodistas y académicos comenzaron a organizarse para oponerse a su puesta en marcha, que ven como una forma de limitar la expresión cultural en Cuba.
Ramos explica que posteriormente, el grupo se enfocó en mezclar arte y política y dar espacio de expresión a minorías y personas tradicionalmente consideradas "marginales".
Según él, buscan que sus actividades mezclen contenidos culturales y políticos con el precepto de que los cambios sociales también se pueden generar desde la expresión artística.
Desde su creación, el grupo ha realizado numerosas performances y actividades culturales que han provocado airadas reacciones de las autoridades, desde leer poesía frente a estaciones de policía o cuestionar y desacralizar símbolos patrios o tradiciones cubanas.
En marzo pasado, Otero fue apresado y aún tiene una causa judicial pendiente por "ultraje a los símbolos patrios y daños a la propiedad" tras realizar una perfomance en la que usaba una bandera cubana sobre su cuerpo sin quitársela en ningún momento.
"A Luis Manuel le pedían hasta cinco años de cárcel por esto, pero protestamos y lo logramos sacar. Ahora es el caso de Denis Solís y no vamos a parar hasta que esto termine de una vez en Cuba", dice. Castillo.
"Es una cuestión de orgullo. No queremos un preso político más. Los cubanos no pueden seguir yendo presos sin haber cometido ningún delito. No se vale. Aunque muchos tengan miedo, aunque muchos sean cobardes, hay otros que nos siguen porque saben que estamos en lo correcto", agrega.