Un jurado de un tribunal federal declaró culpable de desacato a Steve Bannon, un exasesor de Donald Trump, por haberse negado a colaborar con el comité del Congreso que investiga el asalto al Capitolio.
Bannon, de 68 años, figura del populismo de derecha en Estados Unidos y director de la campaña de Donald Trump en 2016, conocerá la sentencia en octubre.
Este consejero discreto pero muy influyente siguió en contacto con el expresidente republicano hasta los días previos al asalto del 6 de enero de 2021. El comité parlamentario le había pedido que prestara declaración y presentara documentos, a lo que él se negó.
El jurado de un tribunal federal de Washington deliberó durante menos de tres horas y concluyó que Bannon es culpable de los dos cargos que pesaban contra él.
Se expone a entre un mes y un año de prisión por cada cargo.
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Incluso después de ser expulsado de la Casa Blanca en agosto de 2017, Steve Bannon siguió en contacto con Trump y habló con él la víspera del ataque contra la sede del Congreso.
Para averiguar sobre qué hablaron esos días, la comisión le citó a testificar y presentar documentos. Sin embargo, se negó, invocando el derecho de los presidentes a mantener en secreto algunas de sus conversaciones.
Este rechazo hizo que se le acusara de "obstruir" el trabajo del Congreso.
"Es posible que hayamos perdido una batalla hoy, pero no perderemos la guerra", dijo Bannon a los periodistas después de conocerse el veredicto. "Apoyo a Trump y la Constitución".
"Voy a luchar hasta el final", agregó unas horas después en Fox News. "Tenemos un largo proceso de apelación" por delante. "Creo que la ley está con nosotros en muchos puntos".
El exasesor político también llamó a los televidentes a derrotar a los demócratas en las legislativas de noviembre para que un Congreso dominado por los republicanos abra su propia comisión de investigación sobre el asalto al Capitolio.
"Necesitamos una verdadera comisión del 6 de enero", le dijo al famoso presentador Tucker Carlson.
Defensa silenciosa
El presidente del comité de investigación de la Cámara de Representantes sobre el asalto al Capitolio, Bennie Thompson, y su vicepresidenta, la republicana Liz Cheney, lo calificaron de "victoria para el estado de derecho".
"Así como todos los responsables de los hechos del 6 de enero deben rendir cuentas, cualquiera que obstruya nuestra investigación sobre estos hechos debe asumir las consecuencias", añaden en un comunicado.
En la apertura de los debates el martes, la fiscal Amanda Vaughn acusó a Steve Bannon de creerse "por encima de la ley".
Bannon "ignoró las órdenes de cumplimiento, incluso después de que el Congreso rechazara sus pretextos" y le avisaran de que sería juzgado si no acudía a la citación, agregó Vaughn.
Según ella, la comisión tenía motivos para pensar que él, al igual que otros colaboradores del presidente, podría tener información sobre los vínculos entre Donald Trump y sus simpatizantes que irrumpieron en el Capitolio mientras los congresistas certificaban la victoria presidencial del demócrata Joe Biden.
La defensa no presentó testigos en el juicio, que comenzó el lunes con la selección del jurado, y Steve Bannon no hizo uso de la palabra para defenderse.
Su abogado, Evan Corcoran, denunció una persecución política, asegurando que "nadie ignoró la convocatoria de comparecencia" y que incluso se había negociado la fecha.
Cuando se acercaba el juicio, Bannon aceptó cooperar con los congresistas. Pero la fiscalía denunció "un intento de última hora para evitar rendir cuentas" y el juez a cargo del caso decidió mantener el juicio.
Steve Bannon está muy ligado a la ideología de extrema derecha y la promovió cuando Trump llegó a la Casa Blanca en 2017.
Antes dirigió el controvertido sitio de noticias Breitbart, una plataforma de la "derecha alternativa", un movimiento asociado a tesis conspirativas e integrado por militantes convencidos de la superioridad de la raza blanca.