Hermana de ex Presidente Piñera que sobrevivió a accidente de helicóptero rompe silencio y cuenta detalles de la tragedia en Lago Ranco
Qué observar. A seis meses de la caída del helicóptero en el Lago Ranco que le costó la vida al ex Presidente Sebastián Piñera, su hermana, la historiadora Magdalena Piñera -quien fue una de las tres sobrevivientes del accidente- rompió su silencio y concedió una entrevista a la Revista Sábado de El Mercurio, donde cuenta algunos detalles de la tragedia y recuerda a su hermano.
- Los otros dos pasajeros del helicóptero fueron el empresario y amigo del ex Presidente, Ignacio Guerrero y su hijo, el estudiante de Derecho Bautista Guerrero.
Llegada al Lago Ranco. “Tuve la suerte, y eso me conforta mucho, de estar en la casa de Sebastián y Cecilia cuando fue el accidente. Yo podría haber estado en Arica, en Santiago, pero ese 6 de febrero estaba ahí. Había llegado unos días antes y habíamos estado comiendo, viendo películas, todo muy familiar”, cuenta Magdalena Piñera.
El accidente. Magdalena Piñera recuerda que ese día, antes de partir en el helicóptero, su hermano les dio una charla de seguridad y les dijo que “en caso de cualquier cosa, había que abrir la puerta antes de que el helicóptero cayera al agua”.
- “Fuimos hasta allá (la casa del empresario José Cox y su esposa Loreto Alcaíno), nos tomamos un cóctel y un juguito, y volvimos porque la Cecilia nos esperaba a almorzar”. Señala que habían despegado recién cuando escuchó a su hermano decir “¡¿Qué pasó?!”.
- “En un segundo el agua estaba hasta las rodillas, al otro llegaba hasta la cintura, y después me tapó y se oscureció todo. No me acuerdo en qué momento me saqué el cinturón de seguridad, solo que traté de abrir la puerta, pero no pude”.
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El escape. “Yo siempre insisto, soy majadera, pero gracias a Dios ahí paré. Estiré la mano hacia mi compañero de asiento, que era Bautista, empujé el agua y vi que no estaba. Entonces dije: ‘La puerta está ahí'”.
- “Gracias a Dios yo andaba con unos pantalones y una polera muy delgados, lo que me hizo más fácil nadar. Pero cuando venía subiendo las zapatillas me pesaban y me chupaban para abajo”.
- Cuenta que allí pataleó hacia la superficie que estaba a unos 10 metros. “Fui la última en salir y lo hice escupiendo, tenía asco. Miré para un lado y vi a Bautista, miré para el otro y vi a Ignacio, pero no vi a Sebastián. Lo empecé a buscar dando vueltas en el agua, pero no había nadie más, no estaba. Ese fue el minuto en que me di cuenta de que se había muerto. Ninguno de nosotros habló. Cuando llegaron a buscarnos nos subimos en silencio a la lancha y así nos quedamos”.
- Dice que solo pidió un café con leche cuando llegó de vuelta a la casa de Cox y Alcaíno y que solo logró llorar cuando se encontró con el cuerpo de su hermano en la comisaría de Ranco.
Diálogo con su hija. Magdalena Piñera agrega que su hija Olivia estaba en Santiago al momento del accidente y que una vecina le había dicho que parecía que su madre había muerto.
- “Cuando hablé con la Olivia fue súper bonito, porque lo primero que me preguntó fue: ‘¿Eres tú mamá?’. Damián (su otro hijo) se vino esa noche de Chiloé hasta Ranco. A esa casa también llegaron los hijos de (las hijas de Sebastián Piñera) Magdalena y Cecilia. ambas estaban de vacaciones con sus familias en Caburgua y, tras saber del accidente, habían salido muy rápido”.
Los días después del accidente. “Al otro día, nos levantamos a las seis de la mañana y a las ocho ya estábamos en el Servicio Médico Legal de Valdivia. Ahí comenzaron días de mucha intensidad. Fueron tres días de gente, abrazos, saludos y el teléfono. Estaba arriba de la pelota todo el tiempo. El chocolate, la torta, el timbre que sonaba, un ramo de flores, aquí, otro allá. Unas personas trajeron hasta una lasaña”.
Reacción del Presidente Boric. “Yo le tengo gratitud, creo que fue un estadista, un demócrata y un hombre de bien en el entierro de Sebastián. Él fue al avión FACH cuando llegó el cuerpo y nos dio un saludo a cada uno que yo lo sentí muy genuino”.
Recuerdo de su hermano. “Uno queda alicaído. Ya de seis hermanos, quedamos cuatro, murió Sebastián ahora, y la Lupe hace siete años, de cáncer”.
- “Uno nunca está preparado para la muerte como debiera estarlo. Creo que él no la esperaba, no la tenía cerca, no tenía una sensación inminente de muerte. Sin embargo, cuando cumplió 74 años, el 1 de diciembre, hubo una torta en la oficina, lo típico, y los periodistas de la oficina le preguntaron: ¿qué es para usted cumplir 74 años? ‘A los 74 años uno empieza a pensar en que hay que andar ligero de equipaje’. Esa fue su respuesta”.
- “Hay muchas cosas que extraño, por ejemplo, que al menos una vez a la semana me llame y me diga: ‘Pichita, ¿qué está haciendo, véngase a almorzar acá” o “vamos a ir a ver esta película, ¿quiere venir con nosotros?”.