Qué buscaba Boric. La primera gira realmente global del Presidente Gabriel Boric se desarrolló entre el lunes 6 el viernes 10 de junio en Norteamérica. El lunes estuvo en Ottawa, Canadá, donde habló ante líderes económicos, políticos y diplomáticos. Incluso compartió horas con el primer ministro Justin Trudeau. A partir del martes desplegó una intensa agenda de reuniones con empresarios, sociedad civil y sus pares del resto del continente. El jueves concretó el encuentro más relevante: con el presidente Joe Biden.
Cancillería y Segundo Piso de Boric fracturados: la disputa diplomática que abrió gira presidencial
- El contexto fue la IX Cumbre de las Américas, celebrada en Los Ángeles, California. Los objetivos políticos quedaron enmarcados en su defensa de la democracia, con críticas a regímenes como el cubano. Aunque ha sido consistente en ese discurso ya desde que fue candidato en las primarias, los asistentes norteamericanos lo escucharon por primera vez y quedaron gratamente sorprendidos con este juvenil líder de izquierda.
- Desde el punto de vista diplomático, el Gobierno se anotó un logro al coordinar un grupo regional en defensa de los océanos. No obstante, Boric cometió al menos dos errores en esa materia: no solo cuestionó que Estados Unidos no estuviera en el lanzamiento de esa iniciativa -cuando se trata del país anfitrión que hizo posible la misma instancia-, sino que además, para peor, sí estaba representado a esa misma mesa por medio de John Kerry, exsenador, excandidato presidencial demócrata, enviado especial de Biden en materia medioambiental y mundialmente conocido.
- El “percance” generó numerosos comentarios en Twitter. Entre ellos, una crítica fundada de la especialista en derecho internacional y relaciones internacionales Paulina Astroza, a quien el embajador en Washington, Juan Gabriel Valdés, le había respondido.
- Con todo, uno de los objetivos estratégicos de esta gira era transmitir un mensaje de confianza hacia los inversionistas. Y en eso Boric no cometió errores. Más bien por el contrario, “Boric es la estrella de la región“, dijo a Ex-Ante el presidente del Consejo Canadiense para las Américas (CCA), Ken Frankel.
- “Todo lo que dijo ha sido correcto, con la intención de dar tranquilidad. Sus discursos han sido moderados”, comentó a este medio el profesor de economía en la UCLA Sebastián Edwards.
La contracara. Los ejecutivos y empresarios que pudieron escuchar a Boric ya sea en Ottawa o en Los Ángeles recogieron que el discurso de Boric fue directo, transparente y convincente. En definitiva, concluyeron que este Gobierno avanza en reformas, pero que está comprometido a que las reglas no perjudicarán los negocios y que, cuando se establezcan, no cambiarán. Pero esa percepción no necesariamente la traspasan a la Convención Constitucional.
- “Los inversionistas extranjeros no se han espantado, aunque no están del todo convencidos. La duda persiste, y están en una actitud de espera. Les preocupa mucho más la Convención que el gobierno”, comentó Edwards.
- Para Frankel, los inversionistas extranjeros están en un estado de “contemplación, de entender” los cambios que impulsará el país si acaso se aprueba la nueva Constitución.
La dicotomía. Sin embargo, las miradas sobre el desempeño de Boric son muy distintas dependiendo del tipo de inversionista con que se hable. “Los inversionistas quedaron impresionados con Boric, pero no necesariamente tranquilos con el futuro del país”, mencionó Edwards.
- Ex-Ante conversó con dos gestores de negocios en Estados Unidos, que prefirieron mantener el anonimato. Uno de ellos dice que “los inversionistas con quienes yo he hablado están absolutamente choqueados por lo que pasó con Chile. De ser un paso serio, como los asiáticos, nos transformamos en otro país latinoamericano”.
- Como dato que refleja esa opinión, agrega, están las bajas cifras de la inversión. Justo este miércoles el Banco Central corrigió a la baja ese indicador, como anticipo a una potencial recesión en 2023.
- Un fenómeno interesante, en cambio, es lo que plantea como una “disonancia” local versus extranjera. “No me parece extraño que exista esa diferencia entre visiones de locales y extranjeros”, plantea otro especialista chileno con amplio manejo de inversiones en el exterior. De partida, los locales pueden ver en mayor detalle lo que ocurre, mientras un extranjero ve desde lejos. Así, un local experimenta los riesgos de un modo distinto que un foráneo. “Un local está mucho más expuesto al riesgo de que la situación económica y/o política de un país empeore; obviamente, tienen una mayor parte de sus patrimonio en activos locales. Los extranjeros, por el contrario, suelen tener exposiciones mucho más diversificadas, donde lo que invierten en Chile es un porcentaje de un total mayor”, aprecia.
- Hay quienes sostienen que la dicotomía entre esas percepciones apunta a que habría una mayor valoración positiva entre aquellos ejecutivos de firmas de la economía real (productos que se pueden exportar, como los minerales). En cambio, los representantes de la economía financiera (agentes bursátiles, gestores de fondos) son más sensibles a la coyuntura. “Lo que quieren saber los inversionistas es cuáles son las reglas y que esas reglas no van a cambiar”, comentó Ken Frankel al caracterizar al típico hombre de negocios de un sector real, como la minería.
- “Los inversionistas financieros típicamente invierten en instrumentos mucho más líquidos, de los cuales pueden entrar y salir, si las cosas marchan bien o mal”, agrega el gestor chileno consultado por Ex-Ante. “Los del sector real, en cambio, una vez que toman la decisión de invertir en un proyecto minero o una planta eléctrica, no tienen esa misma facilidad de salida si las cosas no marchan bien”, describe. “Por lo mismo, [los financieros] también pueden tomar posiciones más de corto plazo, apostando, por ejemplo, en variaciones en el precio del dólar o de acciones chilenas, en función del resultado de una elección o del plebiscito de salida”.