Irací Hassler, la alcaldesa electa de Santiago, dio uno de los batacazos de las elecciones celebradas en Chile el fin de semana, cuando contra todo pronóstico se convirtió en la primera política del Partido Comunista en ganar la alcaldía de la capital chilena, actualmente controlada por la derecha.
Economista de origen suizo-brasileño a sus 30 años repite: "He pateado la calle lo suficiente para plantear los procesos de transformación social que necesita Santiago", una comuna de más de 400.000 habitantes donde se encuentra el centro cívico y el emblemático palacio de La Moneda, desde donde hoy gobierna el presidente Sebastián Piñera.
Irací Hassler, alcaldesa electa por Santiago: El Presidente Piñera "es un problema para el país"
Las elecciones del 15 y 16 de mayo tenían como máximo hito la selección de los 155 miembros que redactarán la nueva Constitución de Chile, que enterrará la heredada de la dictadura militar de Augusto Pinochet (1973-1990). En esa votación se impuso una mayoría de candidatos independientes y de izquierda. Pero también se votó por concejales, alcaldes, y por primera vez, por gobernadores regionales.
"Y aquí estamos, mujeres de izquierda, mujeres luchadoras que hoy día vamos a salir a conquistar este municipio de transformación", dijo Hassler en una de sus primeras reacciones públicas el martes, acompañada por siete concejalas electas en esta misma comuna, en un claro reflejo de un mapa político que a lo largo de Chile dio a la representación femenina una gran avanzada.
Si en general analistas y consultoras se equivocaron en todos los pronósticos de los resultados de esta megaelección, el triunfo de Hassler es considerado histórico porque nunca antes el Partido Comunista (PC) había tenido un militante de sus filas en la alcaldía de Santiago.
La concejala desde hace cuatro años será, además, la segunda mujer -desde el retorno a la democracia en 1990- que estará a cargo del sillón municipal, luego de la progresista Carolina Tohá (2012-2016), de la excoalición de centro-izquierda de la Concertación.
El triunfo de Hassler se conoció el domingo en la noche muy tarde y fue uno de los numerosos tsunamis que ha dejado perplejo al país sudamericano, donde recién el martes, la nueva alcaldesa se daba a conocer con un recorrido en medios locales, asombrados por esta "desconocida" política comunista, que obtuvo 38,84% de los votos y se impuso sobre Felipe Alessandri (35%).
Alessandri, quien postulaba a la reelección, es parte de una tradicional familia de políticos de la derecha chilena, hermano de un diputado y sobrino de dos expresidentes de la República.
"Reino de las abejas"
Egresada de la escuela de economía de la Universidad de Chile, Hassler es hija de un empresario de origen suizo y de derechas -según sus palabras-, y una madre brasileña, de donde proviene su nombre Irací, que significa "reino de las abejas" en tupí-guaraní.
Según señalan varios medios, no viene de una familia activa en política y luego de completar su educación secundaria en el privado Colegio Suizo de Santiago, ingresa a la Universidad de Chile, plantel estatal pero pago -de aranceles costosos para las clases medias y bajas-, y es allí cuando empieza a participar activamente en los movimientos estudiantiles que han sido piedra angular del proceso de cambio social y cuestionamiento del modelo económico ultra liberal que implantó Chile desde la dictadura.
"Mi familia más cercana, directa, no está relacionada con la actividad política. Pero mi familia brasilera sí, varios son comunistas, mi tía que falleció hace unos años fue un gran referente para mí, mi primo que milita en un Partido Comunista, pero mi familia aquí en Chile no está muy relacionada con la política", dijo en declaraciones citadas por el sitio Ex-Ante.
Indica que su militancia sorprendió en su seno familiar directo, que igual la ha apoyado. Aunque "bueno, mi papá es de derecha, pero aun así he recibido apoyo de su parte, a pesar de que tenemos diferencias ideológicas bien profundas", dijo en 2020 según cita el mismo medio.
Su programa en la comuna incluye 40 medidas, una propuesta de Alcaldía Constituyente, con énfasis en la igualdad de género, una amplia agenda medioambiental y claramente incluye una visión del movimiento feminista más joven que desde 2018 irrumpió con mucha fuerza en las calles de Chile y se catapultó como tema nacional tras la movilización social -con algunas protestas violentas- que ocurrió desde octubre de 2019.
"El movimiento feminista llegó para quedarse", repite segura de que llegó el momento de una transformación transversal en Chile