Sara García y Javier Vega se conocieron hace poco más de dos años en Marruecos, en una competencia oficial, y el amor por los fierros los flechó. Desde aquel día llevan una vida de pareja cargada de adrenalina y aventura, al punto que hoy compiten en el Rally Dakar que se desarrolla en Perú.
“Ir en pareja es una gran ventaja”, cuenta ella, oriunda de Zamora y quien a sus 30 años vive su primera participación en la carrera más exigente del planeta. Su objetivo es convertirse en la primera mujer en acabar la competencia en la categoría “Original”.
Para ello la preparación fue extremadamente dura, pues una caída en el Rally Merzouga le provocó una rotura de las dos clavículas y un neumotórax, un accidente que ha marcado su trabajo y que le ha costado mucho superar a nivel físico y psicológico.
“Tuve que empezar de cero y entrenar mucho la mente, pero con la ayuda de todos los profesionales que tengo alrededor (y mi novio) al final hemos conseguido llegar al Dakar”, cuenta, en declaraciones que reproduce Infobae.
Su compañero de vida y de aventuras es Javier Vega, quien también debuta en el Dakar pero tiene la experiencia de los deportes extremos en la nieve, algo que tuvo que interrumpir tras la muerte de su padre.
“Soy esquiador profesional, pero cuando era niño siempre estaba con mi papá haciendo carreras de Enduro. Tras su fallecimiento me vine a vivir a Madrid hace tres años y he tenido que aparcar mis entrenamientos de esquí, ya que normalmente vivía en Andorra. Como no podía parar, le he dado a la moto con ganas y vamos a intentarlo”, reveló.
Fue en 2015, en un rally en Marruecos, donde ambos se conocieron y ahora corren juntos para asistirse mutuamente.
“Nos conocimos entre dunas, hemos estado corriendo juntos todo este tiempo y ahora nos hemos embarcado en esta aventura”. En pleno desierto Javier asegura haber experimentado emociones maravillosas. “La sensación que me da surfear la duna con la moto es muy parecida a la que tengo cuando surfeo sobre nieve”, dijo.
En la carrera más exigente del planeta comparten su pasión sobre ruedas. Y es que en las motos luchan contra la naturaleza, combaten la dureza de las pruebas y comparten el amor por una disciplina que atrae a millones de fanáticos.
