Al lateral izquierdo del Real Madrid y la selección brasileña, Marcelo, no le quedó otra que reconocer la evidente infracción no cobrada por el árbitro turco Cuneyt Cakir, en la semifinal de vuelta de los "merengues" contra el Bayern Munich.
Corrían los descuentos del primer tiempo cuando Joshua Kimmich, volante por la derecha de los alemanes, se proyecta en ataque y, bordeando el área grande, manda un centro que intercepta el defensa con su mano izquierda.
El juez del compromiso marca tiro de esquina desentendiéndose del alegato de los compañeros de Arturo Vidal, generando un antecedente más para las reiteradas acusaciones sobre las supuestas ayudas al equipo español por parte de los jueces.
Así lo asumió el defensa tras el término del partido: "La pelota sí pegó en mi mano. Yo creo que debería haber sido penal, pero yo hace mucho que no hablo con los árbitros", afirmó el ex Fluminense.
La secuencia se dio cuando el marcador iba empatado 1 a 1, jugada clave que podría haber cambiado, quizás, el rumbo del partido.