"Es difícil expresar lo que uno siente".
Con esas palabras el obispo de Rancagua, Alejandro Goic, se refirió a la visita del Papa Francisco a Chile, que se vio marcada por la presencia del obispo Juan Barros, acusado de encubrir los abusos sexuales cometidos por Karadima.
"Personalmente pienso que todo lo que el Papa nos dijo tiene un valor extraordinario, lo que me deje un sabor doloroso fue que un hermano mío paso a ocupar un rol protagónico que no me parece bueno", dijo el monseñor Goic en Tele13 Radio.
Sobre el espaldarazo que le entregó el pontífice a Barros en su último día en Chile, Goic señaló:
"El Papa tendrá sus razones profundas para que él siga como obispo de Osorno, yo respeto esa decisión", dijo y agregó que a su parecer Barros sólo debió haber estado en el encuentro de la Catedral.
"Todos queremos a Juan, es un hermano. Pero creo que hubiese sido prudente que se hubiera restado sabiendo que goza de la confianza del Papa para seguir con la tarea", remató.
El obispo de Rancagua además señaló que para él "las víctimas siempre deben estar en primer lugar".
"Las víctimas siempre deben estar en primer lugar. He escuchado muchas experiencias, no solo de religiosos sino que de civiles que fueron abusados, y mi impresión es que las víctimas en más del 95% dicen la vedad. Por lo tanto, tengo que creerles, porque es una cosa tan profunda que hiere el alma que nadie va a inventar. Es fundamental y es prioritario dos ideas: la prioridad de las víctimas y la búsqueda de la verdad, son dos cosas que no podemos dejar", finalizó.