Por: Macarena Carrasco, periodista Tele13 Radio 

Rabia. Emoción. Impotencia. Alegría. Y así sucesivamente. Las emociones que sienten los padres de Rodrigo Avilés al ver a su hijo nuevamente en casa nunca serán suficientes.

Tras dos meses internados después que fuera alcanzado por el carro lanzaguas de Carabineros, el estudiante de Letras de la Universidad Católica fue dado de alta y hoy ya se recupera —fuera de peligro— en la intimidad de su hogar.

Hogar en el que los padres de Rodrigo Avilés recibieron de manera exclusiva a Tele13 Radio para contar cómo ha sido todo este proceso y las sensaciones que han envuelto a la familia tras recibir a su hijo. El cariño y el apoyo de la gente, cuentan, fue fundamental.

"Fue muy sorprendente: sentir que estaba rodeada de mucho cariño y compromiso. Gente que te daba apoyo, la gente que pasaba nos daba apoyo y nos deseaba puras buenas cosas", comentó su madre.

Félix Avilés y Soledad Bravo saben que lo peor ya pasó, pero que el camino que hoy tienen que comenzar a transitar no será fácil.

"Él ha terminado un ciclo básico fundamental y su estado de salud no requiere estar en una clínica, y ahora es un proceso que va a demorar muchos meses de atención ambulatoria, pero bien. Todos los pronósticos que habían desde el inicio, una vez que sale de la situación crítica, han sido superados con creces por él", aseguró su padre.

Cuando se tiene un accidente de este tipo (o alguno automovilístico, por ejemplo), se dice que los recuerdos son pocos y que muchas veces son más preguntas que se crean que respuestas que se responden. Eso vivió Rodrigo.

"Cuando se despierta se vincula con el medio de una manera impresionante: comienza a reconocer todo de manera precisa, reconoce fotografías, recupera su historia, su memoria autobiográfica. Empieza a encontrarle sentido a su estado y comienza a pedir explicaciones. Es un proceso muy rápido", lanzó Félix aunque reconoce que su hijo no sabe qué fue lo que le ocurrió.

"La última memoria es la sensación del agua y que cierra los ojos y que los abre 19 días después, entonces él está pidiendo antecedentes de lo que sucede. Esto es como cuando uno tiene un accidente", prosiguió al respecto.

Su madre, desde el primer minuto supo que desde el día que su hijo dejó de estar en peligro de muerte, su vida iba a comenzar desde cero, algo que se comentó en el núcleo familiar de Rodrigo.

"Tenía súper claro que a partir del día 21 iba a ser absolutamente distinta a la vida que habíamos vivido y eso se lo dije (A Félix) en el patio de la urgencia del hospital. La vida que vivíamos se acaba de terminar, lo tenía clarísimo, aunque no sabía qué era lo que venía", cerró Soledad Bravo.

La lucha de Rodrigo recién comienza y el proceso que tienen que vivir tanto él como su familia será largo. Sin embargo, la primera batalla ya ganada solo reafirma una cosa: rendirse, jamás.

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