El economista Sebastián Edwards analizó en "Mesa Central" el momento del país y el proceso de reformas que se están llevando a cabo.
"El discurso que ha imperado es que hay un gran malestar y que el modelo no ha funcionado. Creo que el discurso es otro, el modelo ha funcionado muy bien, pero ha llegado el momento de hacerle ajustes importantes para dar el siguiente paso", indicó.
En este sentido, el académico radicado hace varios años en Estados Unidos agregó que en el exterior "nos ven como un país que está contestando preguntas existenciales. Una angustia adolescente, eso para los observadores internacionales es interesante y causa perplejidad porque Chile ha sido muy exitoso mirando las cifras".
Respecto al actual clima de baja en las inversiones, Sebastián Edwards señaló que se debe principalmente al proceso de reformas.
"Los empresarios se están absteniendo porque hay dudas. La pregunta es cómo aclaramos esas dudas de una manera que permita que todos ganen", indicó.
"La pregunta es cómo hacerlo sin perder el impulso que llevábamos, la narrativa tiene que ser que hemos avanzado mucho, hemos sido exitoso, pero llegamos a un tope y debemos pasar a una nueva etapa y ahí se requiere un montón de cosas", continuó Sebastián Edwards.
En esta línea, concluyó con que "Chile se chanta porque se pone a pensar en quién es (...) The Economist exagera, pero no mucho sobre la base de que algo es una verdad".
Cabe recordar que el seminario británico "The Economist" dijo en un análisis que "Chile se enfrenta a un riesgo real de perder su camino, y de que la historia pueda asignar la mayor parte de la culpa a la propia Bachelet".
Financiamiento de los partidos
Respecto a las leyes que regulan el financiamiento de la política y que se están tramitando en el Congreso, Edwards indicó que van en la dirección correcta, aunque cuestionó que se deje fuera a las personas jurídicas de poder entregar aportes. Sin embargo, aclaró que "las empresas no deberían dar dinero".
Respecto a los partidos políticos, Sebastián Edwards dijo que "una democracia moderna tiene que tener partidos sanos, vivos, transparentes y donde no te puedan echar. No puede ser que en el siglo XXI lo más importante de los partidos sean el tribunal de disciplina, en los países normales no hay".
"El problema es que le estamos delegando a los que tienen capturados a los partidos que los reformen. No es sorprenderte que no quieran hacerlo", añadió.
