La Fiscalía de San Felipe confirmó que el cuerpo encontrado en el río Aconcagua durante la tarde de este domingo pertenece a Michelle Silva, joven de 20 años cuyo rastro se perdió el pasado 6 de enero.
"Se revisó el cuerpo y se pudo apreciar que habían tatuajes que eran coincidentes con los que manteníamos conocimiento que Michelle mantenía", explicó el fiscal Eduardo Guajardo.
En tanto, afirmó que durante el transcurso de la mañana "se confirma que efectivamente una de las huellas que se levantó establece que es coincidente con Michelle Silva".
Hasta el momento solo hay un autor confeso por el femicidio de la joven de 20 años, quien señaló que mató a Silva y posteriormente lanzó el cuerpo al río. Se trata de Claudio Figueroa, quien fue formalizado y trasladado hasta la cárcel de Valparaíso.
Según la declaración del propio imputado, él había contactado a Silva mediante la aplicación para citas Grindr, con el objetivo de comprar droga.
El conductor que llevó a Michelle Silva a encuentro con Figueroa
La joven llegó hasta el lugar en la aplicación de transporte Uber cerca de las 3,28 horas de la madrugada del 6 de enero, pero no encontró a Figueroa en el lugar, y el hombre tampoco le contestó el teléfono.
De acuerdo a la declaración del conductor de aplicación que llevó a Michelle Silva hasta el lugar, él le habría ofrecido llevarla de vuelta hasta su casa, pero ella no quiso y persistió.
“Este conchadesumadre no apareció y me apagó el celular”, habría dicho Michelle Silva al conductor que la llevaba de vuelta y quien también le habría ofrecido llevarla hasta su casa. “No, tío. No se preocupe. Demás que en la noche cae algo”, respondió al ofrecimiento.
En esta oportunidad el encuentro sí se produjo, y el propio acusado relató a la fiscalía cómo fue.
“Me mantuve en el marco de la puerta hasta que la niña (Michelle) llegó a la altura de mi casa. En ese momento hablé con ella. Nos saludamos, hablamos de la droga, me pidió pasar a mi casa para no hacer la venta en la calle, así que en ese momento la entré a mi casa y nos fuimos a una de las piezas del patio que mi mamá tiene para arriendo”, contó.