Ashley Velez y Reece Young, dos ex moderadores de TikTok están demandando a la empresa matriz, ByteDance, por "traumas laborales" debido a las imágenes y videos que debieron consumir en su trabajo para prohibir o autorizar contenido en la plataforma.
“Veía gente recibiendo disparos en la cara”, dijo uno de los demandantes en una entrevista con NPR, añadiendo que también miró un video "de un niño siendo golpeado me hizo llorar durante dos horas seguidas”.
Dentro de los argumentos para llevar adelante la acción judicial, los demandantes indicaron que los directivos de TikTok "violaron las leyes laborales de California al no garantizar que los moderadores estuvieran adecuadamente protegidos del trauma emocional causado por la exposición a las imágenes".
A eso el recurso añade que “los acusados son conscientes de los efectos psicológicos negativos que tiene para los moderadores ver contenido gráfico e inaceptable”, pero aún así no toman medidas para mitigar el impacto mental.
En esa línea es que se enfatiza en que "esta exposición absoluta e insensible hacia la implementación de estándares de atención, resultó en que los demandantes estuvieran expuestos a miles de videos gráficos e inaceptables, que incluyen violencia gráfica, agresión sexual y pornografía infantil”.
“Alguien tiene que sufrir y ver estas cosas para que nadie más tenga que hacerlo”, argumentó Velez sobre todos los videos horribles que tuvo que ver en su trabajo, donde pasaron imágenes de maltrato infantil, pornografía, zoofilia, entre tantos otros.
Steven Williams, abogado de Velez y Young, deslizó que "el trauma psicológico y los trastornos cognitivos y sociales que enfrentan estos trabajadores es grave. Pero están siendo ignorados y los problemas solo empeorarán, para la empresa y para estas personas”.
Con esta demanda se busca una indemnización económica para los afectados, como también un remezón a la industria de redes sociales para tomar cartas en el asunto con respecto a la salud mental de sus trabajadores, quienes son la "primera línea" en recibir y apobar o restringir el contenido que se publica en redes sociales.