En comercios asiáticos y supermercados existen una serie de tés que prometen ser adelgazantes. De hecho, en tan solo dos semanas, cumplirían con el objetivo.
Sus precios rondan aproximadamente los 2 mil pesos. Y parte de los ingredientes descritos en los envases son: Ginseng, hoja de loto y de sen, semillas de cassia, espino, yerba mate y stevia.
Equipo de “Lo barato cuesta caro” llevó a análisis tres tés que prometen ser adelgazantes. La mayoría se deben consumir cada ocho horas por siete o catorce horas.
¿Son efectivos los tés “adelgazantes”?
La Directora de Nutrición y Dietética de la Universidad del Desarrollo, Rinat Ratner, aseguró que estos elementos “van a contribuir a perder líquido, no peso y además, van a contribuir a acelerar el tránsito intestinal y con ello generar diarrea”.
“Su efecto no sería el que promete que es de pérdida de peso sino que más bien una pérdida de agua que puede ser riesgosa para la salud”, explicó la profesional.
Adicionalmente, Lissette Duarte, nutricionista de la Clínica Santa María afirmó que “el principal riesgo de utilizar estas sustancias es que no existe una dosificación clara”.
Al revisar los códigos de barra de los tés, se constató que los registros de dos de los tres aparecen inactivos, lo que significa que el fabricante o distribuidor ya no los mantienen actualizados.
Equipo de “Lo barato cuesta caro” llevó los tres tés adelgazantes al Laboratorio de Bromatología de la Universidad del Desarrollo para analizar si estos productos cumplen con el reglamento sanitario.
El reglamento sanitario vigente establece rangos de bacterias en lo que ingerimos. Natalia Vega del Laboratorio de Bromatología y su equipo concluyeron que la muestra dos, un té reductor de grasa corporal y abdominal está fuera de la norma del reglamento sanitario.
“Las enterobacterias en particular son un indicador de que los niveles postproceso del té no son adecuados”, detalló la profesional.
Eso significa, por ejemplo, que si estamos enfermos, ese consumo de bacterias nos podría dañar.
Por otra parte, los especialistas detallan que las tres etiquetas son “escuetas” y no traen información sobre cómo prepararlos y cómo mantenerlos. Además, cuando existen, están en otro idioma, por lo que también se desconoce de dónde vienen.