Este viernes, Valentina Roth reveló el diagnóstico definitivo de Antonia, su hija recién nacida.
Hace una semana la figura televisiva se había convertido en madre, pero la bebé presentó un problema al nacer, por lo que quedó internada en la clínica. El diagnóstico inicial era una "inmadurez respiratoria".
Sin embargo, este 16 de junio confirmó que se trataba de una laringomalacia.
Qué es la laringomalacia
De acuerdo a lo señalado por la Stanford Medicine Children's Health, la laringomalacia es una enfermedad en la que el tejido blando que está encima de las cuerdas vocales cae por la vía respiratoria cuando un niño respira, lo cual provoca una "respiración ruidosa", la cual es aguda y se escucha cuando el niño inhala.
Se trata de un defecto que se presenta en los nacimientos y es posible que durante el desarrollo fetal las estructuras rígidas de la laringe no se desarrollen por completo.
A raíz de lo anterior se presenta una debilidad de dichas estructuras al nacer, lo cual provoca que colapsen durante la respiración; y en niños, mejora con el tiempo.
Síntomas de la laringomalacia
La citada plataforma apuntó que el principal síntoma es el estridor, es decir, la respiración ruidosa, que se escucha en la mayoría de las veces que inhala el bebé.
Por lo general, es más ruidoso cuando el bebé se está alimentando o durmiendo y es posible que no se escuche cuando el bebé llora; y empeora si el bebé tiene una infección en las vías respiratorias altas.
Cuando el estridor es grave, el bebé tendrá una retracción de la piel, la cual se puede ver en el cuello justo por encima del esternón y justo debajo de las costillas.
Los bebés generalmente tienen problemas con la alimentación, puesto que no pueden respirar y tragar al mismo tiempo, debido a la posición de la laringe, que está a un nivel relativamente alto en el cuello, lo cual puede derivar en que las dificultades para comer sean tan graves que el bebé tenga problemas para subir de peso.
Incluso, la laringomalacia moderada a grave puede resultar en dificultades para dormir y pausas en la respiración, conocidos como episodios de apnea.
La laringomalacia se diagnostica a través de un historial médico completo y un examen físico que se complementa con una laringoscopía flexible; y se puede llegar incluso a requerir una evaluación más detallada de las vías respiratorias con una microlaringoscopía y broncoscopía e incluso se podría recomendar un estudio del sueño mediante una polisomnografía.
Tratamiento
La laringomalacia es, en la mayoría de los casos, una enfermedad inofensiva que se resuelve por sí sola sin intervención médica.
Pero los bebés con síntomas más fuertes requieren ser tratados con un medicamento para controlar el reflujo gastroesofágico, que está relacionado con la laringomalacia.
Ahora bien, si el bebé tiene un estridor moderado a grave, y posee dificultades con la alimentación y el sueño, se puede recomendar un procedimiento llamado supraglotoplastía, que conlleva el ver la laringe y cortar el exceso de pliegues ariepiglóticos para hacer más espacio y así permitir que pase el aire a través de la traquea. Se realiza bajo anestesia general.
El procedimiento se realiza a través de la boca y no hay incisiones en la parte externa del cuerpo. En cuanto a la recuperación, los niños requieren quedarse hospitalizados de una a tres noches tras la cirugía.