La vida de Kayleigh Kulage, una niña de cinco años, ha estado marcada por cirugías, diálisis y constantes revisiones médicas.

La pequeña niña nació prematuramente a las 26 semanas y pasó más de 150 días en una unidad de cuidados intensivos neonatal.

Su vida no ha sido sencilla, le diagnosticaron ceguera parcial, un sistema inmunológico comprometido y problemas renales.

Sin embargo, fue beneficiaria de un hermoso y heroico gesto.

De acuerdo a lo publicado por People, los padres de la niña, Josh y Desiree Kulage, iniciaron una desesperada búsqueda de un donante de riñón para su hija, pues necesitaba una operación de ese calibre para que su estado de salud no empeorara.

Pero la persona que donó el riñón vino del lugar más insospechado, pues fue Robin Mach, la profesora de la niña, quien decidió donar uno de sus riñones.

"No lo pensé dos veces", afirmó la mujer en torno a su decisión.

Tras realizar el trasplante, la intervención fue exitosa, luego de seis horas de trabajo en pabellón, y la niña inició su recuperación de la cirugía.

"Es una niña extremadamente resistente, le gusta señalar su cicatriz y mostrar su nuevo riñón", dijo la madre, quien confirmó que la niña ahora ya no está conectada todas las noches a la máquina de diálisis y que sus mejillas están retomando el color.

Incluso, la familia Kulage está planeando sus primeras vacaciones familiares.

"Donar un riñón es realmente extraordinario, salva la vida de las personas y les brinda una mejor calidad de vida", dijo la madre.

Eso mientras que la profesora manifestó que "espero que al compartir nuestra historia, más personas piensen en hacerlo (donar órganos)".

"Si un niño necesita una mochila o zapatos en la escuela, le consigo la mochila o los zapato (...) Es casi lo mismo. Kayleigh necesitaba un riñón, y lo que sea que necesite, se lo voy a dar", cerró Mach.

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