Tienen fama de listos y, según un nuevo estudio que analiza el comportamiento de los zorros grises de las montañas de California, en Estados Unidos, dicha fama que se corresponde bastante con la realidad.
Investigadores de la Universidad de Wisconsin descubrieron que estos zorros frotan su cuerpo deliberadamente contra lugares en donde los pumas han dejado una marca con su olor.
Marcar un territorio con el propio perfume -con orina o restregándose la cara o el cuerpo- es un comportamiento crítico para la comunicación entre individuos de una misma especie.
Sin embargo, es muy poco lo que se sabe sobre el papel que esto juega entre individuos de especies diferentes.
En el caso de los zorros de California, la explicación más probable, dicen Max Allen y sus colegas de la Universidad de Wisconsin, es camuflar su aroma con el de estos grandes felinos para engañar a su depredador natural, el coyote.
Visita sorpresa
Allen grabó a los zorros cuando estudiaba los sitios comunitarios a los que acudían los pumas a refregarse.
Tras analizar videos grabados en 26 sitios diferentes a lo largo de cuatro años, los investigadores se sorprendieron al ver cómo los zorros aparecían allí pocas horas después de que se habían marchado los pumas.
Notaron también que se restregaban sobre las marcas dejadas por los pumas cinco veces más que sobre piedras, troncos u hojas sin la impronta de su aroma.
Esta actividad no estaba vinculada a la temporada de reproducción ni al hecho de que otros zorros hubiesen visitado recientemente el sitio.
Cuando otros animales se acercaron al mismo lugar (con una frecuencia mucho menor que los zorros) no exhibieron este comportamiento específico.
Zorro "disfrazado de puma"
Después de poner varias hipótesis a prueba, los científicos concluyeron que hay una muy alta probabilidad de que se trate de una estrategia que les permite ganar tiempo para huir de los coyotes.
"Los coyotes dependen del sentido del olfato para cazar y son mucho más grandes que los zorros. A estos les resulta difícil defenderse, por eso recurren a este (método) para poder escapar", le dijo Allen a la revista New Scientist.
El estudio, publicado en la revista Journal of Ethology, es el primero que encuentra evidencia de una especie subordinada que usa el olor de una especie dominante para comunicarse con individuos de otras especies.
Esto, dicen los investigadores, muestra que dejar marcas olfativas podría ser un mecanismo que afecta la distribución y abundancia de las especies.