Michael, de 17 años, comenzó a notar pequeñas manchas rojas en sus pies al regresar a su casa tras pasar un día en una playa de Florida en Estados Unidos. Al comienzo pensaron que era a causa de mosquitos, pero se trataba de algo mucho más complejo.
Con el pasar de los días las manchas fueron en aumento y ya no eran solo en sus pies, se habían extendido hasta su cintura. Tras un control, los médicos explicaron que se trataba de un parásito llamado anquilostomas.
Según explica The Washington Post, este tipo de larva se disemina a través de las heces de animales y humanos -que tienen el parásito- y las personas se pueden contagiar simplemente caminando descalzos. Michael se contagió tras enterrarse en la arena hasta el cuello.
La madre del joven explicó que primero se le recetó un antibiótico y un antiparasitario, pero el medicamento no estaba funcionando de manera rápida así que decidieron ir de emergencia a un dermatólogo, quien usó nitrógeno líquido para congelar las lesiones de su piel. Sin embargo, el joven pidió detener el tratamiento porque podía "sentir que se escapaba el nitógeno líquido".
Para evitar una infección de este tipo se recomienda no caminar descalzos en áreas donde el parásito es común y donde puede existir la posibilidad de una contaminación fecal humana en el suelo.
Mediante Facebook, la madre del joven explicó que su hijo se enterró en la arena por diversión "y se ha convertido en nuestra pesadilla".
"¡Nunca se entierren en la arena ni dejen que sus hijos lo hagan! Solo estoy mostrando algunas imágenes porque es muy preocupante", escribió la mujer.
ADVERTENCIA: Las imágenes a continuación pueden resultar hirientes para ciertas personas