La historia de la niña canadiense que fue arrastrada por un lobo marino hacia tuvo un giro dramático en los últimos días, cuando empezó a recibir tratamiento médico por una rara infección que afecta principalmente a gente que trabaja con este tipo de animales.
Según confirmó la familia en su primera comparecencia pública tras el incidente, la niña sufrió una mordedura superficial por parte del mamífero exponiéndose al "dedo de foca", una infección que provoca hinchazón.
Habitualmente, la enfermedad se presenta en profesionales que trabajan con lobos marinos y son mordidos o quienes manipulan su carne.
Antiguamente, la infección provocaba amputaciones o incluso la muerte en quienes la padecían, sin embargo, la niña ya está recibiendo un tratamiento oportuno. Su padre dijo a un canal de televisión canadiense que ella está feliz y a salvo.
"Ella está a salvo, yo podría estar organizando un funeral en lugar de dar una entrevista", expresó.