Su profesión fue la aventura, llevándole al mundo occidental de la época las primeras imágenes, intercambios y vistazos del mundo distinto y fascinante que existía en África, el Pacífico Sur y Borneo; Osa Johnson, junto a su marido Martin, pilotearon aviones, navegaron, y recorrieron tierras lejanas, documentándolo todo en fotos y filmaciones. Hizo libros, dio charlas, y una vez viuda, siguió liderando expediciones aventureras.

Desde los 16 años, cuando se casó en 1910 con Martin Johnson, que Osa comenzó una vida de aventuras. Para los Johnson las expediciones a lugares exóticos se convirtieron en una forma de hacer negocio: con las ganancias de la exhibición de lo que documentaban en cada viaje financiaban nuevas aventuras.

En 1917 se embarcaron hacia la isla Malekula para ir a documentar una tribu de caníbales. Casi no llegan de vuelta a Estados Unidos, pues los locales los retuvieron cautivos hasta que apareció otro barco, lo que hizo que se asustaran y los dejaran ir. De esta experiencia salió el documental “Entre los caníbales en las islas del Pacífico Sur”.

Si bien Osa y Martin fueron pareja y colaboradores durante 14 largometrajes, 37 cortos, miles de fotografías e incontables charlas educacionales que hicieron juntos, nunca se le nombró en los créditos de las películas a pesar de haber participado en la producción, dirección y cinematografía.

El mayor talento de Osa era que aprendía rápidamente los idiomas locales, lo que la convirtió en la principal mediadora entre los nativos y el equipo de filmación, que muchas veces se tradujo en literalmente salvarles la vida cuando estaban amenazados por las tribus.

Así esta pareja traía a los norteamericanos de los años 20 imágenes de las islas Salomón, Borneo, África y los mares del Sur, fueron los primeros en realizar documentales de tipo etnográfico, si bien sin ningún rigor científico ni ético con los animales y personas, pues eran bastante sensacionalistas y por ende con resultados que tenían maravillados al público de su país.

Sus espectaculares imágenes de tierras y tribus desconocidas del mundo fueron grandes éxitos, que se tradujo en que hicieran una carrera de ello, y que además proveyeran de material para nuevos estudios en el Museo de Historia Natural Americano.

Osa aprendió a pilotear y en 1933 viajó junto a su marido a África en dos aviones anfibios. Fueron los primeros en sobrevolar el monte Kilimanjaro y filmarlo desde el aire. Sus tomas aéreas de África mostraron lugares y paisajes inéditos e inexplorados para los hombres blancos.

Martin murió en un accidente aéreo en 1937, que además dejó a Osa gravemente herida. Muchos pensaron que sin su marido, Osa no volvería a la aventura. Pero estaban equivocados, pues ella siguió haciendo charlas, filmando documentales y siendo la primera mujer en dirigir una expedición a África, bajo un contrato con la Twentieth Century-Fox . Fue apodada “La heroína de las mil aventuras”.

Sus memorias se llaman “Casada con la aventura”.

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