Annie Leibovitz es más que un nombre, más que un lente o un encuadre, es un sello inconfundible. La fotógrafa estadounidense entra en cualquier selección de los mejores fotógrafos editoriales del mundo. Por lo mismo es la mejor pagada del planeta y fue la primera mujer en exponer sus imágenes en la Galería Nacional de Retratos de Washington D.C (1991). Ha trabajado para las revistas Vanity Fair, Rolling Stone y Vogue, siendo su lente el responsable de muchas de las más emblemáticas y memorables portadas de esas publicaciones. El desnudo de Demi Moore embarazada o John Lennon sin ropa acurrucado contra una vestida Yoko Ono (fotografía que Leibovitz tomó horas antes del atentado que le quitó la vida al Beatle), son imágenes que forman parte de nuestro imaginario pop.
El interés de Annie por la fotografía partió de manera mucho menos glamorosa que los retratos de celebridades que la han consagrado. Fue en un cuarto oscuro de la base aérea Clark, en Filipinas, donde su padre fue destinado durante la Guerra de Vietnam. Por años desarrolló la fotografía documental y de paisajes. Incluso en 1969, mientras pasaba una temporada en un kibutz israelí, participó de una excavación arqueológica del Rey Salomón.En 1970, de vuelta en EEUU, postuló a un trabajo en una nueva revista que le interesaba: Rolling Stone. Ahí comenzó a retratar a músicos, y fue enviada a una gira con los Rolling Stones, la banda. El resto es historia.
El listado de sus hitos, premios y reconocimientos es largo. En 1984 fue galardonada por la Asociación Estadounidense de Editores de Revistas como Fotógrafa del año. En 2000 la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos le dio el título de “Leyenda viviente”.En 2005, la revista American Photo la nombró la fotógrafa más influyente de nuestros tiempos y luego en 2013 fue galardonada con el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades.
Su vida personal estuvo marcada por una larga relación con la escritora y ensayista Susan Sontag, que además influyó directamente sobre su trabajo. Fueron compañeras hasta que la muerte de Sontag las separó. Muchos de los mejores retratos de la escritora son obra de Annie. Sólo tiempo después la fotógrafa la definiría libremente como el gran amor de su vida.
Desde el año 1995, Leibovitz tiene la misión de retratar a los actores y actrices que aparecen en The Hollywood Issue, edición que publica Vanity Fair publica cada año con retratos de los actores más destacados de Hollywood.