Ángela Ruiz-Robles nació en León, España, para luego trasladarse a Galicia en 1918 y ser profesora. Conoció una educación enfocada en el memorizar y recitar, que le resultó muy ajeno a su forma de pensar la pedagogía. Su día lo dedicaba a hacer clases en un colegio, y luego a obreros y personas analfabetas en las tarde de forma gratuita.

A los 40 años se quedó viuda y se mudó a Ferrol del Caudillo, donde comenzó a desarrollar su lado de inventora por las noches. Uno de sus principales intereses era ver cómo la educación se había quedado atrás con los avances tecnológicos de la época. Ángela se abocó a descubrir métodos de aprendizaje más atractivos y visuales para los alumnos. Fundó una escuela privada para poner en práctica sus conocimientos pedagógicos, donde su método fue tan efectivo, que el Estado español la premió en 1947 con la Cruz de Alfonso X El Sabio y luego fue reconocida en diversos países europeos por su labor.

Ángela registró su primer invento en 1949, un soporte de lectura, un libro mecánico con láminas interactivas, donde con el toque de un dedo sobre una parte del cuerpo de un cerdito flautista, se iluminaba una frase como “Multiplicar X es aumentar”. Este invento anticipó el hipertexto, y la posibilidad de que una pantalla fuera la entrada a diferentes contenidos con los cuales se pudiera interactuar. En 1962 patentó “La Enciclopedia Mecánica”, la precursora del ebook, que era un pequeño maletín con bobinas de diferentes contenidos, que se intercambiaban según el tema de estudio. Ella vislumbró que las técnicas audiovisuales reemplazarían el papel, y se centró en una nueva visión del libro como un lugar de aprendizaje basado en la interacción.

Nunca encontró el financiamiento para crearlo, y la historia la olvidó cuando por muchos años se le adjudicó a Michael Stern la invención del libro electrónico.

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