El Servicio de Vida Salvaje de Kenia (KWS) abrió un laboratorio forense para controlar la caza furtiva de rinocerontes.

El objetivo de esta medida es que el laboratorio recoja muestras de ADN de los animales salvajes formando así un catastro que permita vincular el marfil robado (o los restos) a animales específicos.

Asimismo, este catastro podría permitir que, al formalizar a cazadores furtivos sospechosos de estos delitos, se pueda contar con evidencia sólida, asegurando las sentencias correspondientes.

Con una inversión de más de un millón y medio de dólares, el laboratorio tendrá a 45 investigadores trabajando en la capital keniata, Nairobi, donde además el servicio podría extender sus servicios a otros países del este y centro de África.

La caza de rinocerontes ha aumentado en los últimos años en Kenia –al igual que en el resto de África-, pues se estima que la libra del marfil de sus cuernos puede llegar a costar más de 30 mil dólares.

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