Más de 400 ballenas encallaron este viernes en una playa de Nueva Zelanda y la mayoría murió a pesar de los esfuerzos por salvar a las sobrevivientes, indicó el ministerio de Medio Ambiente.

Andrew Lamason, portavoz del departamento, dijo que se trata de una de las muertes de ballenas encalladas más importantes registradas en Nueva Zelanda, donde el fenómeno es relativamente frecuente.

Lamason precisó que 416 ballenas piloto encallaron por la noche en Farewell Spit en la región de  Golden Bay, en la extremidad norte de South Island.

Dijo que un 70% había perecido y que las perspectivas de rescate para intentar devolver a alta mar a las restantes no eran muy optimistas.

"Con esta cantidad de ejemplares muertos, hay que asumir que las demás se encuentran en mal estado", explicó el responsable a Radio Nueva Zelanda. "Por esa razón nos preparamos para lo peor".

Las ballenas piloto, también conocidas como calderones, llegan a medir hasta seis metros de largo y son la especie más común en Nueva Zelanda.

En Farewell Spit, situada a unos 150 kilometres al oeste de la ciudad turística de Nelson, hubo al menos nueve fenómenos masivos de ballenas encalladas en la última década, siendo esta última la más importante. 

Según el experto, no existe explicación científica clara a ese comportamiento, siendo la causa probable la geografía submarina del lugar.

"Si alguien se propusiese diseñar un lugar para atrapar ballenas, Golden Bay sería probablemente el diseño ideal", comenta. Frente a Farewell Spit existe una gran cantidad de arena en forma de gancho y las aguas son poco profundas: una vez que las ballenas entraron, es difícil que puedan volver a salir".

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