En medio de la pandemia del coronavirus, gobiernos de distintos países del mundo —Chile también es parte de ese grupo— han realizado tutoriales para que la comunidad aprenda a confeccionar sus propias mascarillas caseras.

Ante la escasez de algunos insumos médicos, la recomendación ha sido dejarle las mascarillas del tipo N95 a los profesionales de la salud, y que el resto de la población pueda acceder a otros modelos de material distinto, por ejemplo de tela.

Y en un estudio reciente, científicos estadounidenses examinaron cuáles telas son más eficientes para protegerse de las partículas del COVID-19, y educar a la población sobre sus mejores opciones a la hora de elaborar una mascarilla desde casa.

Uno de los grandes hallazgos fue que múltiples capas de telas mezcladas entre sí, como algodón-seda, algodón-franela o algodón-gasa, tienen un mejor rendimiento.

¿Por qué? Según los investigadores, esta superposición de telas genera un efecto combinado de filtración mecánica y electrostática. Unidos, los factores tienen un mayor potencial para proteger a las personas de las partículas de aerosol del tamaño del coronavirus y también contra los gérmenes.

Otras de las claves, por más lógico que parezca, es colocar la mascarilla de la manera correcta.

Si la cubierta de la tela no se ajustó bien, y por ende hizo que se formasen huecos, la eficiencia de esta filtración disminuye en más de un 60%. Así de contundente.

 

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