A juzgar por las redes sociales, Martin Shkreli, el director ejecutivo de la farmacéutica Turing, podría ser el hombre más odiado en estos momentos en Estados Unidos.

Se le ha llamado un "sociópata moralmente quebrado", "escoria", "basura monstruosa" y "todo lo malo que tiene el capitalismo". Y estos son algunos de los comentarios más moderados.

Todo se debe al anuncio de Shkreli de subir más de 5.000% el precio de un medicamento para personas con el sistema inmune debilitado, recién adquirido por la farmacéutica.

El coletazo público ha sido tan intenso que Shkreli ahora dijo a la cadena ABC que reducirían el precio a una cifra más módica, que permita a la empresa generar "una ganancia pequeña", aunque no especificó el costo exacto.

Y puede que el daño ya esté hecho. Pero, ¿cómo llegó hasta ahí?

Paria

Todo empezó cuando Turing Pharmaceuticals, la compañía de Shkreli, adquirió los derechos de Daraprim.

El fármaco, desarrollado en los años 50, es el mejor tratamiento para una infección parasítica relativamente rara conocida como toxoplasmosis.

Personas con sistemas inmunes debilitados, como los pacientes con sida, dependen del medicamento que, hasta hace poco costaba alrededor de $13.50 la dosis.

Pero Shkreli, el joven director ejecutivo de 32 años, anunció que estaría cobrando US$750 por pastilla.

Eso es más de 5.000% de aumento. Y los argumentos en defensa de su decisión lo convirtieron en un paria entre los defensores de los derechos de los pacientes, políticos y cientos de usuarios de Twitter.

Y es que aunque otras farmacéuticas han tomado medidas similares subiendo el precio de productos nicho, pocos han respondido a sus críticos de una manera tan pública y sin remordimientos.

Lea: ¿Por qué son tan exorbitantes los precios de las nuevas medicinas?

Origen humilde

Martin Shkreli, hijo de inmigrantes albaneses y croatas, se crio en un vecindario de clase trabajadora en Brooklyn, Nueva York.

Saltó varios grados en la escuela y se graduó en administración del Baruch College de Nueva York, en 2004.

A los 17 años, inició su primera pasantía con Cramer Berkowitz & Co, fondo de cobertura fundado por el personaje de li, twittertelevisión, Jim Cramer.

En 2006, Shkreli empezó su propio fondo de cobertura, Elea Capital Management.

La empresa cerró un año más tarde, después de una demanda de US$2,3 millones entablada por Lehman Brothers, que quebró antes de poder cobrar.

Después de Elea, Shkreli inició MSMB Capital Management, en 2008. Ese fondo sería su plataforma de lanzamiento para fundar empresas de biotecnología, incluyendo Turing.

Lea: Cómo las farmacéuticas ganan más que los bancos

Turing no fue la primera incursión de Shkreli en la industria farmacéutica. En 2011, fundó la firma de biotecnología Retrophin, con el propósito de concentrarse en medicamentos para enfermedades raras.

Fue destituido como director de la compañía en 2014, tras acusaciones de que había manejado acuerdos legales de manera inapropiada.

Un año después, la compañía entabló una demanda de US$65 millones declarando que Shkreli había creado Retrophin y la metió en el mercado bursátil solo para pagar a los inversionistas de su antiguo fondo de protección, MSMB, cuando este quebró.

Shkreli ha negado las acusaciones. "Ellos están fraguando esta descabellada, loca e improbable historia para estafarme de mi dinero", le comentó al diario New York Times.

Vuelve y juega

Turing Pharmaceuticals fue lanzada en febrero 2015, luego de que Shkreli fuera forzado a salir de Retrophin.

La nueva empresa asegura que su meta es enfocarse en tratamientos para enfermedades graves para las que hay opciones limitadas. "Estamos dedicados a ayudar a pacientes que frecuentemente no tienen opciones efectivas de tratamiento", lee una declaración en el sitio de Turing.

La compañía solo tiene dos productos en el mercado; Daraprim y Vecamyl, que trata la hipertensión.

Shkreli sostiene que el incremento en el precio de Daraprim era justificado porque el fármaco es altamente especializado.

Comparó el Daraprim a un lujoso automóvil Aston Martin que antes estaba siendo vendido a precio de bicicleta.

Las ganancias, señaló, serán utilizadas para mejorar la receta del medicamento que ya tiene 62 años.

Pero Shkreli no tomó ligeramente las críticas que llovieron contra su empresa.

El domingo, publicó un tuit hostil acusando a los medios de señalarlo selectivamente.

"Parece que los medios me señalan con el dedo inmediatamente. Así que yo también los señalo con el dedo, pero no con el índice ni el meñique", escribió.

Más tarde bajo el tono, después de varias entrevistas de televisión en las quedeclaró que las ganancias del medicamento crearían un mejor producto.

Es posible que toda la atención negativa haya finalmente tenido un efecto sobre Shkreli.

Su cuenta en Twitter, que había sido lugar de enfrentamientos con sus críticos, se apagó y luego Shkreli accedió a bajar el precio.

"Hemos acordado bajar el precio de Daraprim a un nivel que sea más asequible y que permita a la compañía hacer una ganancia, aunque una ganancia pequeña", dijo a la cadena ABC.

"Esperamos que estos cambios sean bienvenidos".

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